Uno de los indicadores de desarrollo de una sociedad es su nivel de actividad emprendedora (creación de nuevos negocios). Más que la cantidad de emprendedores importa la calidad de los emprendimientos que estos individuos generan, lo cual está estrechamente relacionado tanto con la motivación que tienen al momento de emprender como con su bienestar a largo plazo.
Así, en primer lugar, cabe preguntarse qué motiva a los emprendedores a emprender. En este sentido, se suele dividir a los emprendedores en dos grandes grupos: quienes emprenden por necesidad (para salir de un trabajo que no les gusta o del desempleo) o quienes lo hacen como oportunidad (para conseguir más autonomía, éxito financiero o desarrollo personal).
La motivación de los emprendedores puede ser relevante para entender sus aspiraciones, las cuales pueden impactar en el desempeño de las empresas. Adicionalmente la actividad emprendedora puede tener una estrecha relación con el bienestar de estos individuos. De hecho, diversos estudios han demostrado que muchos de estos emprendedores y las personas autoempleadas suelen reportar un mayor bienestar subjetivo y vidas más satisfactorias que los trabajadores asalariados.
¿Pero reportan mayor bienestar subjetivo los emprendedores cuya motivación es la oportunidad que quienes emprenden por necesidad? La mayoría de los investigadores así lo cree, asociando a los ‘emprendedores por oportunidad’ con rasgos positivos como toma de racional de riesgos, tolerancia a la ambigüedad, autoeficacia y establecimiento de metas, mientras que de los ‘emprendedores por necesidad’ se destacan sus posibles limitaciones de recursos o habilidades, o su falta de visión de crecimiento.
Sin embargo, un nuevo estudio en el que he colaborado concluye que los niveles de bienestar subjetivo entre emprendedores por oportunidad y por necesidad son similares. Publicada junto los profesores Oscar Cristi, de la Universidad de San Sebastián (Chile), y Wim Naudé, de la RWTH Aachen University y el IZA Institute for Labor Economics (Alemania), nuestra investigación usa datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) provenientes de cerca de 160 mil emprendedores de 70 países.
El estudio refleja que las motivaciones de los emprendedores pueden cambiar con el tiempo, y que tanto la necesidad como la oportunidad son factores impulsores del emprendimiento, no necesariamente excluyentes. Por tanto, los resultados restan fundamento a la supuesta dicotomía entre ‘emprendedores por necesidad’ y ‘emprendedores por oportunidad’, demostrando que no difieren tanto en términos de aspiraciones, toma de riesgos o supervivencia de sus empresas. En otros estudios se han hallado diferencias en cuanto a la rentabilidad de sus empresas.
La aportación principal de esta investigación es que el emprendimiento, aún estando motivado por necesidad, contribuye al bienestar subjetivo de los emprendedores. Este bienestar no es solamente material o financiero, puede provenir de priorizar necesidades psicológicas como la autonomía, logro o balance familia-trabajo.
Por último, los resultados para los países latinoamericanos sugieren que un mayor bienestar subjetivo puede aumentar la probabilidad de ser emprendedor en general, pero también de ser emprendedor por oportunidad, mientras que los individuos que muestran un alto grado de bienestar subjetivo son menos propensos a involucrarse en actividades de emprendimiento por necesidad.
Artículo publicado originalmente en Entrepreneur.