Este año estamos observando una recuperación económica importante después de una caída abrupta en 2020 de alrededor de 8.5 por ciento del PIB debido a la pandemia. Parece que la economía mexicana crecerá cerca de 6.5 por ciento este año, si bien, recientemente se han presentado riesgos que pudiesen mermar este crecimiento. Entre ellos se encuentra el cierre de las actividades económica por una tercera ola de contagios y un menor dinamismo del sector industrial. Los choques adversos de oferta de insumos relacionados con la producción manufacturera, sobre todo automotriz, están afectando a este sector.
¿Cuáles son las fuentes de crecimiento económico este año? Principalmente provienen de la economía estadounidense. EUA parece que crecerá a una tasa cercana al 7 por ciento anual en 2021 después de una caída de 3.7 por ciento en 2020. De hecho, la economía estadounidense ya recuperó su nivel pre-pandemia. Las políticas fiscales y monetarias expansivas están detrás de este buen dinamismo económico. Además, la aprobación del paquete de infraestructura será benéfico para elevar la tasa de crecimiento en el futuro de ese país.
Para México, el buen dinamismo de la economía de EUA está impulsando a la actividad económica doméstica por tres fuentes. La primera, por el sector externo, sobre todo en la exportación de manufacturas que están ligados con el proceso industrial de EUA. Si bien, recientemente se ha observado cierta desaceleración en la producción industrial, se espera que la tendencia al alza continúe. Segundo, por el envío de remesas de los trabajadores mexicanos en EUA que tienen un multiplicador muy importante en ciertas regiones del país. El envío de remesas continúa rompiendo récords.
Tercero, por el influjo de turistas de EUA hacia México aprovechando medidas más laxas para recibir turistas en épocas de pandemia. El turismo representa cerca de 10 por ciento del PIB y es muy importante para atraer divisas extranjeras. Aunado a ello, las políticas económicas de EUA de elevar la inversión en infraestructura y la continuación de la sólida inversión en tecnología (26 por ciento del PIB) tendrán externalidades positivas para México. Para el tema de infraestructura, el beneficio se observará a través de las empresas nacionales que exportan insumos necesarios para el sector de la construcción.
En contraste, la inversión en el país continúa deprimida y a la baja debido a la incertidumbre por algunas políticas económicas del país. El sector servicios y los estados que más dependen de dicho sector se están recuperando de una manera más lenta que el resto. Esto debido a la falta de apoyos fiscales que provocó el cierre de casi 1 millón de Pymes en 2020. Es importante comprender que la cercanía e integración con EUA será muy importante para detonar el crecimiento, pero el gobierno federal debe hacer lo suyo para elevar la tasa de crecimiento potencial del país.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.