Esta semana la junta de gobierno de la Reserva Federal de los Estados Unidos decidió unánimemente subir la tasa de interés en 25 puntos base lo que era esperado por la mayoría del consenso del mercado. Existía incertidumbre ante esta decisión ya que se habían presentado episodios de volatilidad en los mercados financieros debido al colapso de un par de bancos en los Estados Unidos.
La subida de tasas había desvalorizado a los bonos que estaban en posesión de los balances de dichos bancos, aunado a una corrida bancaria, lo que generó el colapso de Syllicon Valley Bank y Signature Bank.
Algunos analistas financieros sugerían que la Fed debiera ser menos agresivo en su postura de política monetaria debido al impacto adverso que estaba teniendo mayores tasas de interés en el mercado. Incluso algunos analistas sugerían la reducción de tasas en esta decisión de política monetaria.
Afortunadamente la Fed no cedió y continuó subiendo la tasa de interés en un entorno donde la inflación persiste en niveles elevados. Asimismo, en el comunicado que anuncia la decisión de política monetaria, la Fed mencionó que no descartaba incrementos adicionales de la tasa de interés en el futuro.
El entorno de incertidumbre financiero podría a su vez ser benéfico para la Reserva Federal en su combate contra la inflación. Se espera un apretamiento en las condiciones crediticias, por el encarecimiento natural del dinero, pero también por un sistema bancario más precavido y con menores índices de liquidez. Es decir, la crisis bancaria que se observó podría darle un respiro muy necesario a la decisiones de política monetaria de la Fed en el futuro.
En México, el Banco de México debe seguir actuando con responsabilidad y firmeza dadas la condiciones inflacionarias en el país. Los últimos datos de inflación apuntan a presiones por el lado de la demanda, en específico del sector de los servicios que deben ser atendidas con preocupación. Hasta el momento las decisiones de Banxico han sido acertadas.
Las malas noticias es que ya se observa una desaceleración de la economía real, tanto en EUA como en México, lo que era esperado ante condiciones de política monetaria más restrictivas en ambos países. Será hasta 2024 cuando comience a relajarse la política monetaria, sobre todo en EUA, lo que conllevará a un repunte en la actividad económica. El nearshoring y los beneficios geográficos de México aunado al TMEC, son condiciones ideales para detonar un crecimiento económico importante en el corto plazo.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.