La autosuficiencia energética y el apagón

En México el almacenamiento de gas es de dos días comparado con 25 en China, 65 en Estados Unidos, 100 en Alemania y 151 en Holanda

Esta semana gran parte del país, sobre todo el norte, sufrió disrupciones importantes en la generación y distribución de energía eléctrica. La respuesta del presidente fue tajante en una de las mañaneras argumentando que lo sucedido es resultado de la falta de autosuficiencia en la generación de energía. Asimismo, argumentó que no existía un plan vigente para extraer gas en México. Terminó justificando la construcción de la nueva refinería a raíz de estos problemas.

La administración anterior tenía un plan quinquenal (2015 a 2019) de licitaciones de alrededor de 128 bloques de exploración y extracción de hidrocarburos que incluía áreas ricas en gas natural (en los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas). El gobierno actual suspendió estas licitaciones y canceló las asociaciones público-privadas con Pemex.

Además, en la ronda cero de la anterior reforma energética se le asignaron a Pemex varios bloques con alta certeza de explotación, muchas de las cuales eran de gas, que también fueron canceladas por el gobierno actual. Para la seguridad energética se requiere de almacenamiento de gas.

En México el almacenamiento de gas es de dos días comparado con 25 en China, 65 en Estados Unidos, 100 en Alemania y 151 en Holanda. Es decir, la clave de la seguridad energética es el almacenaje y no necesariamente la producción.

El gobierno federal sí tenía un plan de acción, pero decidió eliminarlo. Por otro lado, si bien gran parte del problema reciente parte del suministro de gas natural de Texas, existen muchas alternativas para suplantar estos suministros de energía. Por ejemplo, la inversión en energías renovables.

Desafortunadamente, estas energías no entran dentro de las prioridades de inversión del gobierno. Además, la reciente contra reforma energética limita la inversión del sector privado en todos los sectores energéticos para darle más poder de mercado al estado. Todas las asociaciones empresariales nacionales e internacionales han mostrado su preocupación al respecto.

La concentración de la generación de energía no solo es perjudicial para la producción sino también para los precios al consumidor final. Sin competencia habrá mayores costos de producción lo que elevará los precios de la energía. Todo lo anterior es muy dañino para la industria nacional por la pérdida de competitividad por mayores costos de producción y por la disrupción en la producción de bienes y servicios. Además, reduce el ingreso disponible de las familias que destinan más recursos a pagar mayores tarifas eléctricas.

Así, la falta de competencia en el sector energético está cobrando sus primeras víctimas. Esperemos revisiones a la baja en la tasa de crecimiento potencial del país por menores entradas de inversión hacia el sector energético aunado a una pérdida de competitividad en la industria por costos energéticos más elevados. Ah, y vayamos acostumbrándonos a los apagones.

Publicado originalmente en El Financiero.

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