Las finanzas públicas en México se han mantenido estables en lo que va del sexenio. Los ingresos tributarios se han comportado bien, sobre todo el ISR, y los petroleros se han incrementando de manera sustancial dándole espacio fiscal al gobierno federal. Es importante señalar que se utilizaron una gran parte de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros (FEIP) para compensar la caída en los ingresos, durante y, a raíz de la pandemia.
Si embargo, el entorno para 2023 no es el mismo y presenta un reto importante para el gobierno federal. Primero, los ingresos tributarios se estimaron en base a una tasa de crecimiento elevada (3 por ciento) el doble de lo que esperan los principales economistas.
La probabilidad de una recesión se ha elevado sustancialmente lo que, de materiarizarse, impactaría a la actividad económica nacional lo que disminuiría la recolección de impuestos. Segundo, los ingresos petroleros podrían ser mucho menores el próximo año conforme se ajusten los precios a la baja.
En un entorno de desaceleración económica se demanda menos combustible lo que deprime a la demanda de petróleo. Asimismo, los recursos para enfrentar un faltante de ingresos, el FEIP, parece que no serían suficientes.
De materializarse un episodio fiscal más demandante pondría a revisión la calificación crediticia del país. En algunos casos se pondría en riesgo el grado de inversión del país lo que provocaría una salida abrupta de capitales. Por otro lado, la moneda se vería presionada por dicha salida rompiendo una racha de casi cuatro años de apreciación.
Además, hay que recordar que la deuda, y sobre todo el costo financiero, sigue elevándose conforme siguen subiendo las tasas de interés. Una desvalorización del peso contribuiría a que el costo financiero sea aún mayor.
Así, será importante monitorear las finanzas públicas en 2023. Con menores ingresos vendrán recortes al gasto público o un ensanchamiento del déficit fiscal. Creo que no esperaríamos lo primero dada la cercanía de las elecciones federales. Asimismo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha anunciado que será más agresivo en la recolección de impuestos en este entorno adverso.
El gobierno federal buscará recursos donde pueda como ya lo intentó hacer en su momento con el envío del excedente del Fondo Monetario Internacional (FMI) hace un par de años, o como lo ha dado entender con la Afores este año.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.