Familias empresarias ante la sostenibilidad: transformar o rezagarse

La transformación de la familia empresaria requiere la creación de nuevas oportunidades de negocio, las cuales respondan a los grandes desafíos de nuestra sociedad

Cuando las familias empresarias perduran en el tiempo, se convierten en organizaciones con una capacidad de transformación. Para lograrlo, han aprendido a mantener vivo su espíritu emprendedor a lo largo de las generaciones.

Sin embargo, la transformación de la familia empresaria requiere la creación de nuevas oportunidades de negocio, las cuales respondan a los grandes desafíos de nuestra sociedad. Pero ¿qué significa esto para las familias empresarias? 

La transformación de la familia empresaria implica adoptar un concepto de sostenibilidad más avanzado. Un concepto de sostenibilidad que vaya más allá de asegurar la continuidad de la familia empresaria y se enfoque en la conservación de la vida en el planeta. Esto implica considerar simultáneamente a la familia, la sociedad y la naturaleza, sin dejar de lado la rentabilidad financiera de cada una de las unidades de negocio. 

El índice de prosperidad LEGATUM del Instituto de Prosperidad en Inglaterra, ubicó a México en la posición 71 de 167 países en el ranking del 2023. El cambio climático, la escasez de agua, la falta de equidad social, el aumento de la migración, la pobreza, la criminalidad, y la preocupante pérdida de la biodiversidad representan grandes desafíos para la supervivencia de la humanidad. Estos desafíos también pueden verse como oportunidades de mercado para generar emprendimientos familiares con impacto socioambiental.

Desde esta perspectiva, la sostenibilidad promueve compromiso profundo con el planeta. El planeta, al igual que los seres humanos, es un organismo vivo, el cual permite a las sociedades y las empresas existir. Las plantas, los animales y diferentes procesos y productos integran los ecosistemas terrestres y marítimos de la naturaleza. Los ecosistemas terrestres incluyen bosques, pastizales, tundras, y desiertos, mientras que los ecosistemas acuáticos comprenden ambientes de agua dulce y marinos. La biodiversidad, que comprende la diversidad genética, de especies y de funciones, es crítica para la salud y el funcionamiento de los ecosistemas, así como para la vida de los seres humanos y las operaciones de las empresas. 

Las empresas, por ejemplo, deben considerar los efectos de sus operaciones sobre los ecosistemas y la sociedad y proponerse neutralizar todo impacto negativo, transformándolo en uno positivo. Específicamente esto significa devolver al planeta y a la sociedad más de lo que se recibe de ellos. Empresas y sociedad deben, por tanto, operar en armonía y sincronía con los ecosistemas terrestres y marítimos.

Por lo tanto, una visión amplia y sólida de la sostenibilidad promueve el actuar de la familia empresaria; de tal manera que facilita la creación de empresas innovadoras y la renovación de productos y servicios con impacto medioambiental y social. Esta transformación requiere considerar, de forma simultánea y vinculada, el bienestar de la comunidad y el planeta. Sólo así, los nuevos emprendimientos familiares ayudarán a restaurar, preservar y regenerar la naturaleza, al mismo tiempo que concebirán sociedades saludables y felices. 

Esto conlleva a preguntarse; ¿con qué productos y servicios puedo generar simultáneamente vida en el planeta y bienestar en la sociedad? Por ejemplo, si me dedico al negocio de la construcción, mis objetivos deben ir más allá de construir edificios inteligentes con energías renovables y sistema de reúso de agua; deben enfocarse a construir edificaciones que respeten la biodiversidad del ecosistema en el que se ubicarán y además contribuyan a su florecimiento a lo largo del tiempo. Un ecosistema saludable ofrecerá, además, un espacio recreativo, de trabajo y de descanso para sus inquilinos.

Por lo tanto, la sostenibilidad brinda una oportunidad de integrar distintas generaciones, y grupos de interés en la creación de oportunidades de negocios con impacto socioambiental, las cuales trasciendan a la búsqueda exclusiva de beneficios económicos. Las nuevas áreas de negocio llevarán a las empresas a establecer alianzas con centros de investigación o incluirán profesiones no consideradas antes –biólogos, climatólogos, veterinarios, antropólogos, etc.–.

Transformar, entonces, significará involucrar activamente a la familia empresaria en la solución de problemas sistémicos que afectan al planeta y a la sociedad, desarrollando una nueva generación de negocios orientados a crear el bien común; ¡todo esto de manera rentable! 

Alcanzar este propósito requiere coraje para cambiar la dirección estratégica de la familia, compromiso con la dignidad humana y el impulso de una nueva generación de emprendedores comprometidos con la sostenibilidad y regeneración y sin rezago.
 

La autora es directora académica del Instituto de Familias Empresarias para México y LATAM (IFEM) del Tecnológico de Monterrey.

Artículo publicado originalmente en Forbes México.

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