Desde 2015, año en que la agenda 2030 de las Naciones Unidas se estableció, hemos estado preguntándonos si ¿sería posible cumplir con tan ambicioso objetivo? Las empresas líderes en el mundo decidieron poner manos a la obra incluyendo en sus estrategias los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible que mejor se adaptaban a la esencia de sus negocios. Sin embargo, aún no sé conoce si alguno de ellos alcanzó las metas deseadas en estos tres años de acción.
Sin embargo, en la iniciativa de Empresas B, vigente desde 2006, se propone: “construir un entorno donde el éxito se mida por el bienestar de las personas, la sociedad y la naturaleza” lo que significa redefinir el sentido del éxito en la economía.
Las Empresas B se preguntaron, ¿Qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera inequidad creciente, acaba con el agua y otros recursos de la Tierra, profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas?
Las Empresas B plantean una respuesta muy concreta y práctica, propiciar que las empresas que forman parte de esta iniciativa tengan en su ADN la esencia de su respuesta, necesaria para los tiempos actuales y con una propuesta innovadora que contenga su responsabilidad como empresa con la triple cuenta de resultados: económico, social y medio ambiental, a través de una gerencia global que perciba su entorno con actores que trabajan juntos para lograr un mundo mejor, dialogando con sus Stakeholders y dando cuenta de sus acciones para monitorear sus impactos, para lograr impactos positivos y disminuir externalidades.
Pero, ¿qué es una Empresa B?, Según su página Web (https://sistemab.org/) las Empresas B constituyen una iniciativa a través de la cual las personas las reconozcan como: una nueva “genética” económica que permita que los valores y la ética inspiren soluciones colectivas, sin olvidar necesidades como trascendencia, sentido y propósito. Este fin los compromete a crear impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, operar con altos estándares de gestión y transparencia, amplía el deber fiduciario de accionistas y gestores para incluir intereses no financieros y declarar ser parte de una comunidad comprometida.
El Sistema B propone como modelo del movimiento cuatro ejes estratégicos: a) empresas que se miden; b) mercados +B, donde el éxito se mida por el bienestar de personas y la naturaleza; c) ecosistema favorable para una nueva economía y d) fortalecimiento institucional del Sistema B.
Pero ¿cómo nace y se promueve este movimiento global? La iniciativa nace del BLab, organización sin fines de lucro que surge en Estados Unidos y Canadá en el año 2006 con el objetivo de redefinir el sentido del éxito en las empresas, a través de la solución de problemas sociales y ambientales a partir de los productos y servicios que se comercializan. En Latinoamérica, el Sistema B nace en Argentina con “Triciclos” y “Guayakí”, quienes con BLab expanden el movimiento B en Latinoamérica con una visión sistémica. Al año 2018 el Movimiento B ya es global y está presente en Europa Continental, Reino Unido, África y Australia
Esta iniciativa, nos muestra que es posible co-construir un mundo mejor a través de iniciativas empresariales, que son conscientes de su responsabilidad integral. Muchas organizaciones son las que ahora participan y se comprometen con estos preceptos, entre las que se encuentran: BIRUS, Colabora América, Festival Internacional de Innovación social, Granjeros, Innovación de ciudadanía empresarial, Economía del Bien Común, CE100Brasil, The B Team, Ellen McArthur Fundation, Social Lab, ASELA, ASECH, ASHOCA, Parners for the new economy, entre otras.
Las universidades y las escuelas de negocios, como agentes de cambio, tienen un papel primordial para impulsar a los estudiantes, profesores e investigadores en el ámbito de sus instituciones para extender el alcance de estas iniciativas. A nosotros nos ha llevado a la colaboración y cocreación del conocimiento de esta economía, con la finalidad de generar impactos positivos en otras comunidades del ecosistema. EGADE Business School aborda estas ideas e iniciativas a través de su currículo y a través de proyectos e iniciativas de los estudiantes, mediante las cuales dentifican, en el medio local y nacional, empresas que tienen el potencial de ser parte del Sistema B.
Publicado originalmente en El Financiero.