El tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (TMEC) ha tenido un gran éxito en los tres países elevando el comercio entre estas naciones exponencialmente y mejorando su desarrollo económico. Además, el tratado ha fomentado el libre movimiento de capitales esencial para reasignar la inversión en regiones que más lo necesitan a un mayor retorno. Si algo le ha faltado al tratado comercial ha sido una mayor flexibilidad del mercado laboral, lo que replicaría el éxito de la Unión Económica Europea.
Recientemente, el Reino Expresó su interés en ingresar formalmente al TMEC para poder comerciar libremente en la región. El Reino Unido abandonó la Unión Económica Europea y busca consolidar otros mercados comerciales. Pero además de pensar en incluir al Reino Unido en este bloque comercial el TMEC debe considerar seriamente la incorporación de los países centroamericanos. Estos países sufren de décadas de un pobre desempeño económico que ha elevado su nivel de pobreza (casi en todos los países excepto Costa Rica), y ha generado un éxodo de inmigrantes.
De incorporarse al TMEC, los países centroamericanos elevarían su comercio y la inversión en la región lo que detonaría fuentes de empleos tanto directos como indirectos. Además, se generarían externalidades positivas como inversión en educación que se necesitará para darle las competencias a los trabajadores que estarán laborando en los nuevos puestos laborales.
Este nuevo TMEC atacaría el problema de inmigración centroamericano al proveer de puestos laborales en sus países. Además, atraerían mayor inversión, detonante de un crecimiento potencial, lo que generaría un círculo virtuoso de crecimiento. Mayor crecimiento de la economía se refleja en mayores puestos de trabajo y menores índices de pobreza.
Para las empresas de México, EUA y Canadá, significa un mercado más donde pueden expandirse para vender sus productos y manufacturarlos. Además, se fortalecería la región no solo en materia económica sino geopolítica para enfrentar a fuertes bloques comerciales en el mundo como Europa, y China y sus aliados.
Así, al incorporar a Centroamérica en el TMEC se estaría aumentando el mercado comercial para las empresas de la región y se incrementarían las oportunidades de inversión para las empresas. Se atacaría frontalmente el problema de la pobreza y magro crecimiento económico de la región al darle empleos directos y fuentes de desarrollo económico. Estas medidas reducirían la inmigración que está provocando problemas en la frontera norte del país.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.