El futuro (presente) de la educación ejecutiva

Las escuelas de negocios y universidades de todo el mundo se enfrentan a un reto y una necesidad de innovar y reinventar sus modelos de formación ejecutiva

Estamos inmersos en el mayor espacio de cambio y transformación desde la primera revolución industrial y la llegada de la máquina de vapor. El futuro
ya ha comenzado, y nos encontramos en un mundo diferente donde:

  • La tecnología y la transformación digital crean nuevos retos y, sobre todo, oportunidades para empresas y clientes.
  • Vemos un creciente impacto del entorno político y geopolítico en los mercados e industrias.
  • Existe un entorno de acelerada disrupción y desarrollo de nuevos modelos de negocio que son capaces de transformar industrias enteras en muy cortos períodos de tiempo.
  • La tecnología está impactando de manera imparable en la configuración de los sistemas tradicionales de profesiones. Hoy, las universidades forman para profesiones que aún no existen y que a veces ni siquiera son capaces de adivinar.
  • El talento se configura como principal barrera de entrada y como principal ventaja competitiva de las organizaciones. Nuevos perfiles profesionales con nuevos conocimientos y competencias son buscados a escala global.
  • Los modelos laborales evolucionan y se flexibilizan acompañando al entorno de cambio total: trabajo por proyectos, organizaciones más horizontales y equipos multiculturales y remotos.
  • Las nuevas generaciones buscan y escogen sus proyectos y organizaciones, la fidelidad a la empresa contratante disminuye, se busca propósito y trascendencia, así como proyectos generadores de valor compartido.

En este entorno tan complejo y tan lleno de retos y oportunidades, la atracción y el desarrollo de talento se configuran como herramientas clave para el éxito empresarial y el concepto de lifelong learning, o actualización continua y de por vida, como imprescindible para la actualización de los profesionales en cualquier responsabilidad e industria. Sin importar la industria, las personas se encuentran preocupadas sobre su empleo y su futuro profesional.

Para añadir un último elemento a este apasionante momento que nos ha tocado protagonizar, industrias completas están reinventándose, y aquellos competidores que no interpretan estos nuevos escenarios están quedando fuera de las mismas.

La educación es una de esas industrias en proceso de transformación continua y acelerada. La educación ejecutiva es parte de esta transformación de industrias y mercados. Modelos tradicionales basados en formación transversal de conocimientos se demuestran ya hoy como una oferta insuficiente, ante las necesidades de desarrollar talento transformador en todo tipo de empresas y organizaciones.

Formatos puramente presenciales se vuelven también complejos de gestionar desde un punto de vista de eficiencia y flexibilidad. Los modelos pedagógicos basados en enseñanza con casos y otras pedagogías más tradicionales resultan, cuando menos, discutibles, ante la imposibilidad de predecir el futuro basándonos en eventos históricos y la imperativa necesidad no tanto de predecirlo, sino, sobre todo, de diseñarlo e inventarlo.

Las escuelas de negocios y universidades de todo el mundo se enfrentan a un reto y una necesidad de innovar y reinventar sus modelos de formación ejecutiva, actividad especialmente relevante para consolidar una cuenta de resultados saludable y una necesaria vinculación con la industria que permita ingresos, posicionamiento, investigación y acceso a talento y dé sentido a la misión de aquellas.

Además, en una industria en transformación, las barreras de entrada se han desvanecido y nuevos competidores se suman a los tradicionales. A las consultorías, universidades, universidades corporativas y escuelas de negocios se suman de manera exponencial plataformas virtuales, ofertas gratuitas y de alta calidad en formatos virtuales y un grupo creciente de competidores con modelos de negocio disruptivos, sin activos o instalaciones, sin faculty ni tenures, sin requerimientos normativos y de acreditación, con formidables tecnologías y sin ningún legacy interno o externo y que basan su oferta de valor en la relevancia y flexibilidad de su oferta formativa. En este entorno crecientemente complejo, disruptivo, de cambio acelerado y extrema ambigüedad, ¿cómo evoluciona la formación ejecutiva? ¿Cómo son esos modelos formativos del futuro (y ya presente)? ¿Cómo podemos las escuelas de negocios liderar un cambio de rumbo y ser capaces de apoyar a empresas y organizaciones en sus retos de crecimiento innovador, responsable, generador de valor añadido y atractivo para el nuevo perfil de talento?

El cambio pasa por abordar con rigor y decisión el diseño de nuevos modelos formativos. En primer lugar, las organizaciones siguen necesitando una sólida base de “conocimientos” que permitan que adquieran y actualicen su conocimiento básico y especializado y refuercen sus principales áreas de gestión.

En mi responsabilidad como decano de una escuela de negocios altamente vinculada, paso mucho tiempo con líderes de empresas y organizaciones entendiendo y discutiendo sus retos principales. Esta conversación lleva inexorablemente a identificar el crecimiento como principal reto y el talento como principal limitante. Dentro de la profunda transformación en que estamos hoy inmersos en EGADE Business School, mi conversación con los líderes empresariales sobre el perfil de ese talento nos genera de manera diaria una información imprescindible para implementar ese modelo de transformación basado en el desarrollo de líderes emprendedores y responsables.

De manera casi unánime, al preguntar a esos grandes líderes sobre cómo es ese talento transformador que buscan incorporar y desarrollar en sus organizaciones, las competencias, y no los conocimientos, monopolizan sus respuestas.

Pensamiento crítico, comprensión del entorno digital de mercados e industrias, resiliencia, capacidad de trabajo en equipos complejos, remotos y multiculturales, competencias relacionales y liderazgo emprendedor aparecen de manera recurrente. Cómo diseñar programas a medida para las empresas que combinen conocimientos clave con competencias crecientes relevantes será clave del éxito en la transformación del sector.

Relevancia y actualización, modelos pedagógicos activos, experienciales y más alineados con cómo aprenden las generaciones que hoy ya lideran las organizaciones del futuro se configuran también como claves del éxito, con lo que esto implica desde el punto de vista de las necesidades internas de
adaptación y actualización de formadores.

Finalmente, la tecnología juega un papel creciente en la identificación de necesidades y perfiles de alumnos, en el diseñode las actividades de formación, en el delivery de conocimientos y competencias y en la evaluación de lo aprendido. El IoT, machine learning, Big Data, realidad aumentada y microlearning están ya hoy presentes en modelos formativos, y su impacto será creciente en los próximos meses y años.

¿Estamos listos? Como sugirió Jack Welch, “cuando la velocidad del cambio exterior supera a la velocidad del cambio en nuestras organizaciones, se avecina el final”.
 

*Por Ignacio de la Vega, Decano de EGADE Business School.

Publicado originalmente en Harvard Deusto Business Review

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