A lo largo de este año la mayoría de las bolsas de valores mundiales han caído de manera importante consolidando lo que conocemos como un bear market, es decir, una caída prolongada en los precios de los activos financieros. Asimismo, los activos de otros mercados financieros como las criptomonedas y afines también han sufrido una desvalorización importante. Lo anterior ha sucedido por varios factores, por la persistente subida de tasas de la Reserva Federal en los Estados Unidos y la gran mayoría de los bancos centrales, y la perspectiva de una desaceleración económica global.
Es decir, la desvalorización de los activos financieros se está dando por el numerador (menores ingreso esperados por una ralentización de la economía) y por el denominador (por flujos esperados descontados a valor presente a una mayor tasa de interés). La agresividad en los mensajes de los bancos centrales que continuarán subiendo tasas de interés ante presiones inflacionarias crecientes han reducido aún más los valores esperados de las bolsas de valores este año y el próximo.
Estas medidas se han adoptado para mitigar las presiones inflacionarias que han causado estragos a nivel global. Al subir las tasas de interés los bancos centrales reducen la demanda agregada de la economía a través de tres canales fundamentales. Primero, al reducir el consumo privado ya que la población prefiere ahorrar a gastar y pide menos créditos (son más caros), por la disminución de la inversión ya que el costo de oportunidad es mayor (el banco paga mayor rendimiento sin riesgo), y por menores exportaciones netas (el alza de tasas aprecia la moneda lo que encarece las exportaciones nacionales).
Si bien estas medidas son necesarias para controlar a la inflación claramente tendrán un impacto adverso en la actividad económica. Se espera ahora un crecimiento mucho menor en 2023 lo que implicará una menor generación de menos empleos. Asimismo, el nivel de endeudamiento se espera se incremente cuando las empresas y familias busquen compensar su menor ingreso disponible con créditos.
Para los inversionistas es momento de tener liquidez para aprovechar el momento cuando los bancos centrales comiencen a reducir la tasa de interés de mercado (cuando la inflación ya esté dentro del rango de tolerancia). Los activos en ese momento comenzarán a apreciarse, los mismo sucederá con el mercado inmobiliario. Probablemente este escenario se materialice hasta finales de 2023. Paciencia.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.