Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó las cifras más recientes de la inversión fija bruta para el mes de abril reportando una contracción de 37 por ciento anual con cifras ajustadas por estacionalidad. Al interior, la inversión en construcción cayó 36 por ciento mientras que la de maquinaria y equipo disminuyó 38 por ciento anual. El culpable de este desplome en la inversión es el Covid, sin embargo, la inversión ya presentaba una tendencia decreciente desde antes. De hecho, ligó 15 meses consecutivos de contracciones.
De enero a abril la inversión fija bruta presenta un decrecimiento de 15.9 por ciento anual. Al interior, todos los componentes muestran una contracción importante: construcción (-14.1 por ciento) y maquinaria y equipo (-18.4 por ciento anual). La tendencia negativa de la inversión, como mencioné anteriormente, lleva más de un año y es resultado de varios factores. El primero, la incertidumbre de algunas políticas del gobierno federal como la cancelación de algunos proyectos de infraestructura. Como ejemplo, está el NAIM, una planta cervecera y otros proyectos relacionados con el sector energético. Además, de la suspensión de las subastas petroleras. Segundo, la guerra comercial entre China y EUA y en su momento, la posible cancelación del TLCAN, generaron incertidumbre internacional y una aversión al riesgo global.
La persistente caída en la inversión fija bruta no solo perjudica al crecimiento de corto plazo sino al potencial de crecimiento del país. El PIB potencial se define como la acumulación de capital físico, humano y avances tecnológicos, que contribuyen al aumento de la capacidad productiva del país a largo plazo. Con menores niveles de estos factores esperaríamos que la capacidad productiva en el futuro sea menor, lo que significa, menores tasas de crecimiento económico.
En el corto plazo, la inversión es muy importante para detonar el crecimiento de la economía. Por ejemplo, en el 2019, el sector exportador creció a tasas arriba de tres por ciento anual en el país y, sin embargo, la economía se contrajo a finales de año. Esto fue debido a la fuerte caída de la inversión. El T-MEC es bienvenido y atraerá ciertas inversiones, pero sin mayor certeza jurídica y de seguridad, no será suficiente para aumentar la inversión que se necesita tanto en el corto como en el largo plazo.
Es momento de replantear la política económica para atraer más inversión al país. La apertura de ciertos sectores de la economía al sector privado será vital para ello.
Publicado originalmente en El Financiero.