La última encuesta de inversionistas y especialistas que realizan tanto Banco de México como Citibanamex indican que se estima que la tasa de interés termine el año en alrededor de 5.25 por ciento. Es decir, el mercado percibe que existe espacio para continuar elevando la tasa de interés. Algunos estudios, entre ellos uno del mismo Banxico, apuntan a que la tasa de interés neutral se acercaría a un nivel de 5.50 por ciento aproximadamente. Es decir, que la autoridad monetaria tendría espacio para elevar la tasa en varias ocasiones sin afectar adversamente al crecimiento económico del país.
Estas acciones están siendo replicadas por muchos países en respuesta a los recientes incrementos de la inflación a nivel global. Los países de Rusia, Brasil y Chile entre otros, están ajustando la tasa de interés fuertemente al alza. Si bien, los principales culpables de la inflación son choques de oferta y no de demanda, es importante que las autoridades monetarias globales manden un mensaje muy claro de un anclaje inflacionario hacia el centro de la meta lo más pronto posible. En caso contrario, se podría perder el control de la inflación lo que resultaría muy complicado de corregir.
La elevada inflación actual se deriva de ciertos choques de oferta, sobre todo los relacionados con las disrupciones en los mercados manufactureros asiáticos que están retrasando los procesos productivos en economías manufactureras. En el caso de México, dicho impacto se observa claramente en la desaceleración del sector automotriz donde la escasez de semiconductores está deteniendo la producción de los automóviles. Esta falta de insumos industriales se refleja en mayores alzas en los precios finales de bienes finales como es el caso de los automóviles.
Otro factor que está perjudicando a la inflación son los recientes incrementos en los precios de los energéticos, sobre todo del petróleo y el gas natural. El repunte de la demanda por petróleo, en un año de recuperación económica, y un faltante de oferta del gas natural en Rusia, están detrás de dichos aumentos. Aunque este rubro está relacionado con choques globales y exógenos tienen un impacto indirecto sobre algunos procesos industriales que elevan la inflación.
La inflación es el impuesto más dañino en una economía, sobre todo para el segmento de la población con menores ingresos. Una parte importante de la pobreza en el país se generó durante la década de los 80s donde se experimentó hiperinflación lo que redujo drásticamente el ingreso promedio de las familias. Recordemos que las familias con ingresos menores tienen una propensión marginal a consumir más que las familias con ingresos mayores.
Personalmente creo que Banxico podría elevar la tasa hasta 5.50 por ciento y con ello meter un freno de mano al deterioro de las expectativas inflacionarias en el país. Aun así, observaremos niveles de inflación elevados por un buen tiempo.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.