10 reflexiones sobre liderazgo de un gato

Producto de mi convivencia con Hansel, he observado varias lecciones que nos puede dejar el vivir cotidiano de un minino para liderar mejor a otros y a nosotros mismos

Permítanme compartir el relato de un personaje gatuno –sí, el que la ciencia identifica como Felis silvestris catus— del que, debo confesar, aprendí varias cosas importantes sobre liderazgo. Desde que apareció en casa le llamé Hansel, aunque con el tiempo y tras varias gatoaventuras se ganó una denominación más distinguida: Hansel Gregorio Constantino. Su carácter, presencia y generosidad le han granjeado muchas amistades gatunas y humanas, incluyendo a mi familia y mis vecinos.

Producto de mi convivencia con este peculiar personaje, tengo varios mensajes que compartir para la esfera directiva y, en general, para ser mejores líderes de equipos y, por qué no, de nuestra propia vida:

1. Tener mucha confianza en uno mismo. Desde que llegó a casa la primera vez, Hansel sabía que tenía mucho que ofrecer y no desistió, regresó a presentarse como una mascota que podría generar valor. ¿Cuántos de nosotros nos damos por vencidos la primera vez que las cosas no resultan como esperamos?

2. El valor de la familia. Sabemos bien que la familia es el núcleo básico de la sociedad, entonces, ¿por qué encontramos tantas familias disfuncionales? ¿No será esto un reflejo de los problemas que tenemos como sociedad y viceversa? Hansel se ocupó de conseguir alimento a su pareja y sus crías.

3. Generar valor y ayudar a otros a generar valor. Hansel no sólo ha conseguido sustento para él, sino que ha traído a otros animalitos y comparte el bienestar. La base de una sociedad en sana convivencia es que existan oportunidades de desarrollo económico para todos sus habitantes, ¿por qué entonces tanta desigualdad de oportunidades?

4. En toda convivencia se presentarán diferencias en puntos de vista. Aprovechemos estas diferencias para lograr un crecimiento y beneficio para todos, evitemos que sean personales y recordemos que siempre podremos encontrar quien nos ayude a retomar el camino de la buena convivencia o al menos nos ofrezca una interpretación diferente de la situación ocurrida. ¿Cuántas situaciones ásperas se podrían evitar buscando una interpretación diferente de los hechos?

5. Hansel es un gato que denota mucha confianza en sí mismo. Su caminar, su postura, denota paz, tranquilidad, seguridad de que todo estará bien. Cuando no lo encontraba, yo era quien estaba preocupado. Pero Hansel apareció en el momento que él decidió hacerlo. ¿Nos hemos puesto a reflexionar qué dice nuestra postura corporal? ¿Denota lo que queremos transmitir?

6. Hansel es un animalito muy agradecido y empático. Cuando regresamos a casa, tras pasar los primeros meses de la pandemia fuera, nos vino a visitar y se quedó en casa una noche. Luego continuó su camino, como cada día, viviendo una nueva aventura. ¿Cuántos de nosotros nos damos el tiempo de llamar o visitar a alguna amistad para saber cómo se encuentra?

7. Nuestro amigo ha aprendido a aceptar situaciones de la vida con las que poco se puede hacer. Desde luego que las visitas al médico veterinario no le gustan, simplemente las acepta y vive con ellas. ¿Cuántos de nosotros nos desgastamos con situaciones que están fuera de nuestro control en vez de aceptarlas como parte de la vida?

8. Hansel tiene un temperamento que le ha permito ganarse el cariño de sus vecinos humanos y el respeto de otros felinos. Es afable y pacífico. ¿Qué tanto la vorágine cotidiana nos absorbe y nos impide buscar nuevas amistades y acrecentar el acercamiento con las que ya tenemos?

9. Nuestro socio gatuno toma decisiones y acepta vivir con sus consecuencias, como cuando quiso salir de casa en medio del frío y la lluvia… algo tuvo que aprender. ¿Qué tan buenos somos tomando decisiones y aceptando las consecuencias? ¿No será que, en ocasiones, le damos vueltas y vueltas a un asunto sin atrevernos a decidir?

10. Hansel nos da un mensaje importante para nuestro vivir diario. Él vive el presente, el pasado ya quedó atrás, sólo podemos rescatar experiencias y aprendizaje. Debemos adaptarnos y crear un futuro confiando que esteremos bien. ¿De qué nos perdemos cuando estamos apegados al pasado u obsesionados por el futuro? Sin decir que no debamos planear y crear un futuro promisorio; ¿qué tanto disfrutamos el momento presente?

Estimados lectores, quien ha escrito estas reflexiones siempre trata de aprender y compartir experiencias de distintas fuentes. El gato que llegó por mera casualidad (o quizá no fue tan “mera”) me ha permitido compartir estos mensajes de liderazgo. Desconozco si Hansel lo ha hecho a propósito, pero lo que sí puedo afirmar es que mi familia, los vecinos y yo hemos aprendido de él y, espero siga dejando huella en nosotros. Gracias, Hansel Gregorio Constantino.
 

El autor es Director de la sede Monterrey de EGADE Business School y profesor del Departamento Académico de Estrategia y Liderazgo.

Artículo publicado originalmente en Expansión.

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