Tras la Guerra Fría, la ola de globalización favorecida por la progresiva liberalización del comercio y las políticas migratorias espoleó el número de individuos biculturales en el mundo. Los biculturales son personas con más de una identidad étnica. Por ejemplo, los hijos de inmigrantes mexicanos en EEUU, los hijos de familias mixtas (una madre polaca y un padre alemán, por ejemplo), o las personas que migraron y han pasado un tiempo considerable en su nueva patria. Se estima que en 2018 los biculturales serán el grupo étnico más grande de Canadá. Para 2020, el mayor grupo étnico de EEUU también será culturalmente mixto. Esta tendencia es igualmente notable en Europa o en Australia, donde 21% de su población es nacida en el extranjero.
Una vez hemos identificado quiénes son, consideremos su impacto en los negocios. Pero antes, respondamos a una pregunta básica: ¿en qué difieren los biculturales de los monoculturales? Una de las primeras cosas que me viene a la mente cuando pienso en los estadounidenses de origen mexicano (u otros biculturales) es su bilingüismo. Sin embargo, ser bicultural no equivale a ser bilingüe, ya que uno puede ser criado en la cultura y valores mexicanos, comprender la cultura de sus padres, pero no hablar español con fluidez. Tal persona es bicultural, pero no bilingüe. Cabe destacar que los beneficios del biculturalismo van más allá del bilingüismo.
Investigaciones del campo de la psicología y la sociología han demostrado que las personas biculturales presentan algunos rasgos diferentes a las monoculturales. Por ejemplo, muestran más creatividad (en algunas circunstancias), leen mejor las señales sociales sutiles y usan estrategias metacognitivas más desarrolladas cuando tratan con culturas nuevas. Esta última característica es particularmente importante, ya que los biculturales no sólo conocen bien sus dos (o más) culturas, sino que también son capaces de comprender y traducir rápidamente una cultura completamente nueva. Estas habilidades y capacidades pueden ser de gran valor para las organizaciones internacionales y contribuir positivamente al desempeño organizacional.
No debería sorprender que este fenómeno sea cada vez más relevante para los negocios internacionales y para la investigación en gestión intercultural. El creciente número de personas con antecedentes culturales mixtos proporciona a las empresas que operan a nivel internacional "una oportunidad inexplorada para unir contextos culturales e integrar e incorporar conocimiento de todo el mundo" (Brannen, García y Thomas, 2009: 207).
En EGADE Business School estamos investigando sobre los efectos del biculturalismo en el rendimiento del individuo, los equipos y las organizaciones. Trabajamos junto con académicos de la Universidad de Victoria y la Universidad Simon Fraser (Canadá) para comprender cómo los directivos biculturales pueden liderar equipos de manera efectiva en entornos caracterizados por varios niveles de complejidad y diversidad.
Nuestros resultados indican que los directivos biculturales contribuyen positivamente al desempeño organizacional sólo en entornos culturalmente heterogéneos. Primero, examinamos los antecedentes étnicos de 272 directivos que lideran equipos en entornos caracterizados por distintos niveles de diversidad cultural. Mediante el uso de modelos jerárquicos y tras controlar otras variables, hallamos que existe un efecto de interacción estadísticamente significativo entre el biculturalismo de un directivo y el entorno de su equipo. En ambientes culturalmente homogéneos, los directivos biculturales no obtienen mejores resultados que sus colegas monoculturales. De hecho, los biculturales tuvieron un desempeño sensiblemente peor. Sin embargo, en ambientes con una alta diversidad cultural, el desempeño de los equipos liderados por directivos biculturales fue significativamente mejor.
Estos hallazgos pueden ser trascendentales para muchas organizaciones. Un mundo cada vez más globalizado exige a los directivos operar en mercados cada vez más diversos, caracterizados no sólo por demandas de clientes más variadas y complejas, sino también por una competencia más diversa y con cambios más frecuentes.
Si bien las capacidades cognitivas de los directivos biculturales los predisponen para percibir y aprovechar mejor oportunidades culturalmente distantes, comprender mejor tanto las estrategias de los competidores como los matices del mercado, y responder de manera más flexible al cambio, los resultados sugieren que el biculturalismo no es la panacea. Los contextos competitivos varían tanto en su grado de competencia global como en su dinamismo. En lugares donde la competencia es menos global, donde la fuerza laboral es menos multicultural y el entorno es más estable, es posible que los directivos biculturales tengan pocas ventajas sobre sus colegas monoculturales.
Pero hay historias de éxito que ilustran cómo los biculturales pueden ser líderes globales muy efectivos. Algunos ejemplos prominentes incluyen: Elon Musk (Tesla, Sudáfrica-Canadá), Carlos Ghosn (Renault-Nissan, Brasil-Líbano-Francia), o Indra Nooyi (PepsiCo, India-EEUU).
En última instancia, ¿qué importancia tiene esta investigación para la economía mexicana? Según estudios recientes, más de 25 millones de mexicanos pertenecen a pueblos indígenas, lo que hace de México un país bastante diverso. Lamentablemente, su potencial ha sido descuidado por las empresas y el gobierno. Asimismo, hay más de 36 millones de mexicano-americanos (inmigrantes legales e ilegales y personas de ascendencia mexicana) que viven en los Estados Unidos. El potencial de talento de esta población no está siendo utilizado en beneficio de las empresas y la economía mexicanas. Esperamos que con la publicación de los resultados de nuestra investigación generemos conciencia sobre el valor que los biculturales mexicanos pueden aportar para la competitividad de las empresas mexicanas en los mercados internacionales.
*Por Mike Szymanski, Profesor de Administración Estrategia y Administración Negocios Globales.