¿Qué le falta al emprendedor mexicano para despegar?
La falta de innovación limita el papel de los emprendedores mexicanos en el mercado global. Aunque México ha sido reconocido como uno de los países que más ha avanzado en la promoción del emprendimiento, mejorando su inclusión financiera y la industria de capital de riesgo, su baja productividad sigue siendo un obstáculo importante.
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El emprendimiento es un fenómeno relativamente nuevo en la mayoría de países de América Latina, pero hoy los emprendedores latinoamericanos ya no surgen únicamente de ambientes económicamente pudientes. La región se ha convertido en un caldo de cultivo para nuevos negocios liderados por jóvenes y ya es la segunda región más emprendedora del mundo. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), casi dos de cada tres emprendedores latinoamericanos que empiezan un negocio no lo hacen por necesidad, sino por oportunidad.

Mientras el emprendimiento está en pleno auge, la innovación continúa siendo la gran desconocida para los nuevos propietarios de empresas tanto en México como en el resto de América Latina. Se sabe que las empresas innovadoras juegan un papel vital a la hora de determinar qué tan dinámica será la innovación de un país. Sin embargo, las tendencias muestran que nuestra falta de innovación está afectando directamente al crecimiento económico[1].

Los miembros de la OCDE dedican una media de 2.4% de su PIB en investigación y desarrollo, mientras que en Chile y México – los únicos dos países latinoamericanos que forman parte de la OCDE- la tasa es de tan solo 0.4%. En otros países de la región, todavía es menor. Esto resulta en un importante rezago en innovación. La región concentra 8% de la población mundial, y, sin embargo, en 2010, solo 2.6% de las solicitudes para patentes en el mundo provenían de América Latina y el Caribe.

La falta de innovación limita el papel de las nuevas empresas en el mercado global. Solo 7.8% de las microempresas latinoamericanas están presentes en el mercado global, siendo EUA el segmento de mercado más importante, destino del 60% del total de exportaciones[2].

Otro rasgo distintivo de América Latina es la divergencia entre sus culturas emprendedoras. Según una encuesta del GEM, las variables culturales, junto con la tasa de actividad emprendedora, distinguen claramente a los países en desarrollo de los desarrollados. En América Latina, los resultados revelan la existencia de dos grupos de países:

  • En primer lugar, Bolivia, Perú y Venezuela tienen tasas más altas de emprendimiento y, al mismo tiempo, una mayor prevalencia de algunos valores culturales (en particular, el llamado ‘embeddedness’, que refiere al grado en que la economía se ve limitada por instituciones no económicas, pero también la jerarquía).
  • Por el contrario, el grupo formado por Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y México se caracteriza por la presencia de valores culturales opuestos (autonomía e igualitarismo, la creencia en la igualdad humana, especialmente en los asuntos sociales, políticos y económicos), más en línea con los países desarrollados.

La brecha de productividad en México

En el caso particular de México, en 2014, 97,6% de las empresas eran microempresas. Dado que representan 75,4% del total de empleados, son un factor importante y relevante de la dinámica económica del país, contribuyen al desarrollo económico y social de México y desempeñan un papel fundamental en el aumento de la productividad y el empleo, así como en la reducción de la pobreza. A pesar de su importancia económica y social, las microempresas mexicanas presentan problemas de baja productividad.

De acuerdo con los resultados de Enaproce, entre los muchos factores que explican la baja productividad de las microempresasse encuentran:

  • Limitaciones al acceso al capital físico y financiero (incluido el capital de riesgo)
  • Escasez de capital humano
  • Limitaciones en la implementación de técnicas y tecnologías para procesos productivos, servicios y comercialización
  • Condiciones macroeconómicas y entornos empresariales desfavorables
  • Falta de capacidad de innovación y desarrollo tecnológico
  • Falta de infraestructura y servicios para facilitar la producción.

La mejora de la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas ha sido uno de los mayores esfuerzos realizados por el Gobierno de México. En 2013, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) fue creado para "constituir el corazón de la actividad económica de la nación y convertirse en uno de sus mayores activos". En 2016, la OCDE reconoció a México como el país que más ha progresado en la promoción de nuevas empresas entre 2012 y 2016. Además de los programas de Inadem, México también ha mejorado la inclusión financiera de las nuevas empresas, y el capital de riesgo ha despegado en el país, que ahora tiene la segunda industria más activa en América Latina, detrás de Brasil.

México asimismo ha reformado la normativa para facilitar la creación de empresas, siendo la Ley de Sociedades que contempla la creación de sociedades express, un ejemplo notable. También ha modernizado los servicios para emprendedores mediante el lanzamiento de redes de tutoría y espacios de trabajo colectivos. Por último, el país ha invertido en promover una cultura empresarial en el país y crear una imagen de México como lugar de emprendimiento con impacto global.

Emprendimiento de alto impacto en México

Una de las iniciativas más importantes desarrolladas por el Inadem fue lanzada en 2014: el Programa Impulso a Emprendimientos de Alto Impacto, que se centra en apoyar a las mipymes innovadoras a través de un esquema de subvenciones para mejorar su desarrollo y aumentar sus capacidades para tener éxito. Su objetivo principal es promover la innovación para impulsar la productividad y el crecimiento del empleo en el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas. El programa está dirigido a las empresas con potencial de alto impacto de crecimiento o alto impacto social y ambiental. Las empresas están obligadas a ofrecer un producto o servicio innovador, o un componente innovador en su modelo de negocio.

Según el World Bank Group, es necesario evaluar los resultados de este programa en México, ya que proporcionará más conocimiento sobre lo que funciona y lo que no funciona. Esto permitirá mejorar la innovación en las micro, pequeñas y medianas empresas del sector de ingresos medios, y puede proporcionar una visión para mejorar otros programas dirigidos a emprendedores de alto impacto, así como muchos programas de subvenciones en otros mercados emergentes.

El auge de las emprendedoras mexicanas

Según el Inadem, solo 19% de las startups del país son fundadas por mujeres. Una historia de éxito es la empresa social Epic Queen, fundada por Daniela González y Ana Karen Ramírez, que crea boot camps y talleres dirigidos a empresas, escuelas y organizaciones para atraer a más chicas al campo las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). Epic Queen busca fortalecer el liderazgo de las mujeres en México y América Latina con el objetivo de crear una generación convencida de sus capacidades tecnológicas y liderazgo. Por ello, se enfoca en la capacitación de mujeres para crear iniciativas y desarrollar su capacidad de asumir riesgos, salir de su zona de confort, y, sobre todo, encontrar el apoyo para entrar en el mundo digital.

Otra historia de éxito es Kichink, ganadora del premio Google Game Changer en el Demo Day for Entrepreneurs Women’s Edition, en 2015 en San Diego (California), en reconocimiento por su destacada innovación. La firma creada por Claudia de Heredia es una tienda online para todo tipo de productos. Kichink ya ha procesado más de 7,000 transacciones y registró un total de 5,000 usuarios finales. Su sistema automatizado permite una enorme escalabilidad a medida que los clientes se unen desde México, Colombia, Panamá y Costa Rica. Es un equipo de emprendedores jóvenes y ambiciosos comprometido con la democratización de las herramientas del comercio electrónico para emprendedores en México y el resto de América Latina.

La empresa considerada como la "Uber de servicios de limpieza", Aliada, también es mexicana. Aliada, cofundada por Ana Isabel Orvañanos, es una plataforma a través de la cual los residentes de la Ciudad de México pueden encontrar al profesional de la limpieza ideal para ellos y viceversa. Desde que inició en septiembre de 2014, Aliada ha crecido y ahora tiene 150 limpiadores profesionales, contribuyendo a la formalización de esta industria mexicana, en gran medida no regulada e informal. Aliada permite a las limpiadoras profesionales recibir los beneficios del trabajo formal, convirtiéndolas en aliadas de confianza. Aliada actualmente despacha a más de 150 limpiadores profesionales y ha proporcionado más de 30,000 servicios en tan sólo trece meses de operación.

El desarrollo de políticas públicas encaminadas a la creación de nuevas empresas es un factor clave para el desarrollo del emprendimiento en México y en la región de América Latina y el Caribe. La OCDE establece que las políticas públicas relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación, la educación, el desarrollo de la producción y la infraestructura física y digital son necesarias para mejorar el ecosistema empresarial innovador en la región. Dichas políticas directas de apoyo a las nuevas empresas reducen las principales barreras que obstaculizan la creación y el crecimiento de nuevas empresas. Estas políticas también benefician a las instituciones intermediarias, las universidades y las partes interesadas en el sistema financiero.

[1] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

[2] CERALE (Centre d’Etudes et de Recherche Amérique Latine Europe) - ESCP Europe Business School

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¿Qué le falta al emprendedor mexicano para despegar?
La falta de innovación limita el papel de los emprendedores mexicanos en el mercado global. Aunque México ha sido reconocido como uno de los países que más ha avanzado en la promoción del emprendimiento, mejorando su inclusión financiera y la industria de capital de riesgo, su baja productividad sigue siendo un obstáculo importante.
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El emprendimiento es un fenómeno relativamente nuevo en la mayoría de países de América Latina, pero hoy los emprendedores latinoamericanos ya no surgen únicamente de ambientes económicamente pudientes. La región se ha convertido en un caldo de cultivo para nuevos negocios liderados por jóvenes y ya es la segunda región más emprendedora del mundo. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), casi dos de cada tres emprendedores latinoamericanos que empiezan un negocio no lo hacen por necesidad, sino por oportunidad.

Mientras el emprendimiento está en pleno auge, la innovación continúa siendo la gran desconocida para los nuevos propietarios de empresas tanto en México como en el resto de América Latina. Se sabe que las empresas innovadoras juegan un papel vital a la hora de determinar qué tan dinámica será la innovación de un país. Sin embargo, las tendencias muestran que nuestra falta de innovación está afectando directamente al crecimiento económico[1].

Los miembros de la OCDE dedican una media de 2.4% de su PIB en investigación y desarrollo, mientras que en Chile y México – los únicos dos países latinoamericanos que forman parte de la OCDE- la tasa es de tan solo 0.4%. En otros países de la región, todavía es menor. Esto resulta en un importante rezago en innovación. La región concentra 8% de la población mundial, y, sin embargo, en 2010, solo 2.6% de las solicitudes para patentes en el mundo provenían de América Latina y el Caribe.

La falta de innovación limita el papel de las nuevas empresas en el mercado global. Solo 7.8% de las microempresas latinoamericanas están presentes en el mercado global, siendo EUA el segmento de mercado más importante, destino del 60% del total de exportaciones[2].

Otro rasgo distintivo de América Latina es la divergencia entre sus culturas emprendedoras. Según una encuesta del GEM, las variables culturales, junto con la tasa de actividad emprendedora, distinguen claramente a los países en desarrollo de los desarrollados. En América Latina, los resultados revelan la existencia de dos grupos de países:

  • En primer lugar, Bolivia, Perú y Venezuela tienen tasas más altas de emprendimiento y, al mismo tiempo, una mayor prevalencia de algunos valores culturales (en particular, el llamado ‘embeddedness’, que refiere al grado en que la economía se ve limitada por instituciones no económicas, pero también la jerarquía).
  • Por el contrario, el grupo formado por Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y México se caracteriza por la presencia de valores culturales opuestos (autonomía e igualitarismo, la creencia en la igualdad humana, especialmente en los asuntos sociales, políticos y económicos), más en línea con los países desarrollados.

La brecha de productividad en México

En el caso particular de México, en 2014, 97,6% de las empresas eran microempresas. Dado que representan 75,4% del total de empleados, son un factor importante y relevante de la dinámica económica del país, contribuyen al desarrollo económico y social de México y desempeñan un papel fundamental en el aumento de la productividad y el empleo, así como en la reducción de la pobreza. A pesar de su importancia económica y social, las microempresas mexicanas presentan problemas de baja productividad.

De acuerdo con los resultados de Enaproce, entre los muchos factores que explican la baja productividad de las microempresasse encuentran:

  • Limitaciones al acceso al capital físico y financiero (incluido el capital de riesgo)
  • Escasez de capital humano
  • Limitaciones en la implementación de técnicas y tecnologías para procesos productivos, servicios y comercialización
  • Condiciones macroeconómicas y entornos empresariales desfavorables
  • Falta de capacidad de innovación y desarrollo tecnológico
  • Falta de infraestructura y servicios para facilitar la producción.

La mejora de la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas ha sido uno de los mayores esfuerzos realizados por el Gobierno de México. En 2013, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) fue creado para "constituir el corazón de la actividad económica de la nación y convertirse en uno de sus mayores activos". En 2016, la OCDE reconoció a México como el país que más ha progresado en la promoción de nuevas empresas entre 2012 y 2016. Además de los programas de Inadem, México también ha mejorado la inclusión financiera de las nuevas empresas, y el capital de riesgo ha despegado en el país, que ahora tiene la segunda industria más activa en América Latina, detrás de Brasil.

México asimismo ha reformado la normativa para facilitar la creación de empresas, siendo la Ley de Sociedades que contempla la creación de sociedades express, un ejemplo notable. También ha modernizado los servicios para emprendedores mediante el lanzamiento de redes de tutoría y espacios de trabajo colectivos. Por último, el país ha invertido en promover una cultura empresarial en el país y crear una imagen de México como lugar de emprendimiento con impacto global.

Emprendimiento de alto impacto en México

Una de las iniciativas más importantes desarrolladas por el Inadem fue lanzada en 2014: el Programa Impulso a Emprendimientos de Alto Impacto, que se centra en apoyar a las mipymes innovadoras a través de un esquema de subvenciones para mejorar su desarrollo y aumentar sus capacidades para tener éxito. Su objetivo principal es promover la innovación para impulsar la productividad y el crecimiento del empleo en el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas. El programa está dirigido a las empresas con potencial de alto impacto de crecimiento o alto impacto social y ambiental. Las empresas están obligadas a ofrecer un producto o servicio innovador, o un componente innovador en su modelo de negocio.

Según el World Bank Group, es necesario evaluar los resultados de este programa en México, ya que proporcionará más conocimiento sobre lo que funciona y lo que no funciona. Esto permitirá mejorar la innovación en las micro, pequeñas y medianas empresas del sector de ingresos medios, y puede proporcionar una visión para mejorar otros programas dirigidos a emprendedores de alto impacto, así como muchos programas de subvenciones en otros mercados emergentes.

El auge de las emprendedoras mexicanas

Según el Inadem, solo 19% de las startups del país son fundadas por mujeres. Una historia de éxito es la empresa social Epic Queen, fundada por Daniela González y Ana Karen Ramírez, que crea boot camps y talleres dirigidos a empresas, escuelas y organizaciones para atraer a más chicas al campo las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). Epic Queen busca fortalecer el liderazgo de las mujeres en México y América Latina con el objetivo de crear una generación convencida de sus capacidades tecnológicas y liderazgo. Por ello, se enfoca en la capacitación de mujeres para crear iniciativas y desarrollar su capacidad de asumir riesgos, salir de su zona de confort, y, sobre todo, encontrar el apoyo para entrar en el mundo digital.

Otra historia de éxito es Kichink, ganadora del premio Google Game Changer en el Demo Day for Entrepreneurs Women’s Edition, en 2015 en San Diego (California), en reconocimiento por su destacada innovación. La firma creada por Claudia de Heredia es una tienda online para todo tipo de productos. Kichink ya ha procesado más de 7,000 transacciones y registró un total de 5,000 usuarios finales. Su sistema automatizado permite una enorme escalabilidad a medida que los clientes se unen desde México, Colombia, Panamá y Costa Rica. Es un equipo de emprendedores jóvenes y ambiciosos comprometido con la democratización de las herramientas del comercio electrónico para emprendedores en México y el resto de América Latina.

La empresa considerada como la "Uber de servicios de limpieza", Aliada, también es mexicana. Aliada, cofundada por Ana Isabel Orvañanos, es una plataforma a través de la cual los residentes de la Ciudad de México pueden encontrar al profesional de la limpieza ideal para ellos y viceversa. Desde que inició en septiembre de 2014, Aliada ha crecido y ahora tiene 150 limpiadores profesionales, contribuyendo a la formalización de esta industria mexicana, en gran medida no regulada e informal. Aliada permite a las limpiadoras profesionales recibir los beneficios del trabajo formal, convirtiéndolas en aliadas de confianza. Aliada actualmente despacha a más de 150 limpiadores profesionales y ha proporcionado más de 30,000 servicios en tan sólo trece meses de operación.

El desarrollo de políticas públicas encaminadas a la creación de nuevas empresas es un factor clave para el desarrollo del emprendimiento en México y en la región de América Latina y el Caribe. La OCDE establece que las políticas públicas relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación, la educación, el desarrollo de la producción y la infraestructura física y digital son necesarias para mejorar el ecosistema empresarial innovador en la región. Dichas políticas directas de apoyo a las nuevas empresas reducen las principales barreras que obstaculizan la creación y el crecimiento de nuevas empresas. Estas políticas también benefician a las instituciones intermediarias, las universidades y las partes interesadas en el sistema financiero.

[1] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

[2] CERALE (Centre d’Etudes et de Recherche Amérique Latine Europe) - ESCP Europe Business School

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