La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una capacidad esencial en el entorno empresarial. Constantemente surgen nuevas aplicaciones que modifican la forma en que operamos, tomamos decisiones y competimos. Algunas pueden ser un hype (moda pasajera) y muchas organizaciones se sienten presionadas a integrarlas por el temor a quedarse atrás (el conocido FOMO -Fear of Missing Out). Para discernir las propuestas que pueden ser de valor para la empresa, la pregunta que los equipos directivos deben hacerse no es "¿cómo implementar la IA?", sino "¿está la empresa preparada para aprovecharla de manera estratégica y sostenible?".
El riesgo de adoptar sin preparación
Distintas investigaciones coinciden en que más del 70% de los proyectos de IA fracasan o no alcanzan sus objetivos, una cifra alarmantemente similar a la de los proyectos de transformación digital. En la mayoría de los casos, el problema no radica en la tecnología, sino en la falta de preparación organizacional: datos mal estructurados, procesos poco definidos, talento no capacitado y ausencia de un enfoque estratégico.
Antes de embarcarse en una iniciativa de IA, las empresas deben realizar una evaluación. Hacerse las siguientes preguntas previas puede facilitar una adopción efectiva de la IA.
Retos ineludibles de la adopción
Más allá de la tecnología, el éxito en la implementación de la IA depende en gran medida de la cultura organizacional. Los desafíos que los líderes deben abordar de forma prioritaria son la gobernanza, la ética y la privacidad; la capacitación y democratización del conocimiento; y la gestión del cambio.
La IA debe operar bajo principios claros de responsabilidad. En este sentido, es imprescindible contar con marcos éticos internos que aseguren un uso justo, transparente y no discriminatorio de los datos y algoritmos. Solo así se podrá generar confianza y sostenibilidad en su aplicación.
En paralelo, se requiere avanzar en la capacitación y democratización del conocimiento. La IA no debe ser exclusiva de los equipos técnicos. Se requiere una inversión decidida en formación a lo largo de toda la organización, desde alta dirección hasta áreas operativas. La comprensión de la IA debe ser parte del ADN empresarial, permitiendo que cada persona, sin importar su rol, pueda interactuar de forma efectiva con esta tecnología.
Ahora bien, no basta con conocimiento técnico: también es clave la gestión del cambio. Toda transformación genera resistencia. El miedo al reemplazo o la incertidumbre sobre los nuevos roles puede frenar el avance. Por ello, las estrategias de change management deben acompañar cualquier proyecto de IA desde su concepción.
Una nueva visión tecnológica y organizacional
La IA ya no es opcional. Las empresas que no la integren estratégicamente corren el riesgo de quedar rezagadas en un mercado cada vez más dinámico y competitivo. Es momento de repensar las estructuras organizacionales, actualizar las descripciones de puesto e incorporar competencias digitales como parte del perfil de todos los colaboradores. Desde recursos humanos hasta tecnología, desde operaciones hasta legal, todos los departamentos deben alinear esfuerzos para que la adopción de IA sea segura, efectiva y generadora de valor.
La inteligencia artificial tiene el potencial de redefinir modelos de negocio, generar ventajas competitivas y transformar radicalmente la forma de operar de las organizaciones. Una profunda preparación organizacional, cultural y estratégica es tan esencial como dominar las herramientas tecnológicas. Solo las empresas que entiendan esta nueva visión organizacional y se preparen adecuadamente podrán liderar en el nuevo entorno competitivo.
Los autores son profesor de Inteligencia de Negocios de EGADE Business School (Dr. Gilberto Olavarrieta Treviño) y profesor de Cátedra de EGADE Business School (Dr. Carlos Rodríguez Maillard).
Artículo publicado originalmente en El Universal.