¿Es la inteligencia artificial (IA) nuestra amiga, enemiga o amienemiga? Me hacen esa pregunta cada semana, cuando surge el tema de la IA. ¿Qué debemos hacer? ¿Cuándo deberíamos hacerlo? ¿No podemos simplemente desenchufarla como si fuera un tostador?
Al final del día, la IA es la mejor amiga que no sabías que te hacía falta, y una vez que comienzas a usarla, te preguntas cómo pudiste vivir sin ella. Te ayuda a escribir correos electrónicos, informes y ejem… tus tareas, si estás en la escuela o la universidad, —como profesor en EGADE School of Business, he sido testigo de esto—.
El nivel de productividad y la rapidez con la que nos estamos acostumbrando a estos sistemas es realmente impresionante.
Lo que antes era ciencia ficción o magia, ahora está al alcance de cualquiera con un celular y una tarjeta de crédito, si es necesario. Desde crear imágenes realistas, música impresionante y ahora videos con una simple instrucción, el futuro se está mezclando con la vida real a un ritmo más rápido de lo que nadie ha experimentado.
A medida que empezamos a darle cada vez más tareas a nuestra nueva amiga, existe el riesgo real de que olvidemos cómo hacer las cosas que nos hacen especiales, valiosos e irremplazables.
En más de una reunión he tenido que mencionar que algunas personas se están volviendo demasiado dependientes de la IA para su trabajo; esto podría hacer que pierdan competitividad en sus empleos. Es importante mencionarlo.
Aunque hay un desafío real a largo plazo con la IA reemplazando trabajos en segmentos enteros de profesiones, el desafío inmediato que veo es que la gente olvida cómo hacer lo que los hace… bueno, ellos mismos, para el mercado laboral y la economía en general.
De la misma manera en que en la década de 1990 la mayoría debíamos esforzarnos para recordar el número telefónico de alguien, o para hacer divisiones largas u operaciones sin la ayuda de una calculadora, pronto podemos encontrarnos sin la capacidad de escribir correctamente, ser creativos, resolver problemas complejos y razonar profundamente, por nombrar solo algunos.
Puede parecer exagerado, pero debemos recordar que cosas como estas cambian gradualmente, y empezamos a olvidar cómo hacer ciertas cosas como solíamos (o por completo).
No es como si en los próximos meses te despertaras y ya no supieras cómo hacer tu trabajo. No, para nada. Pero con el tiempo, puede que te encuentres en una situación difícil al hacer tu trabajo sin la ayuda de esta nueva amiga.
Existe también el hecho de que la mayoría de las empresas de IA que están haciendo sus productos más avanzados (y que amamos) están lejos de ser rentables y autosostenibles. Aún necesitan levantar capital regularmente para financiar sus operaciones; si no pueden, las cosas podrían ser difíciles para ellos. Eso significa que, aunque poco probable, se podría apagar el interruptor de tu IA favorita, dejándote hacer tu trabajo por tu cuenta.
¿Es probable? No. ¿Es posible? Sí. Siempre habrá alternativas en la mayoría de los casos, pero el número de startups de IA que ya no existen es enorme.
Me gusta señalar en diferentes reuniones y eventos que no tienes que preocuparte por un sistema de IA futuro que te reemplace en tu trabajo cuando ya te estás ‘auto-automatizando’ en las partes más críticas de tu mente: pensamiento crítico, ideas y experiencias vividas.
Cada uno de nosotros tiene el poder de evitar que nuestra amiga de IA se convierta en una amienemiga, mientras continuamos trazando nuestro futuro respectivo con la IA.
Quiero decir, amamos a nuestros amigos, pero nos molestaría un poco, o mucho, si obtuvieran una promoción en lugar de nosotros, o peor aún, nuestro trabajo.
Esta información plantea las preguntas ¿qué debo hacer?, ¿cómo obtengo lo mejor de la IA sin perder mis habilidades? Excelentes preguntas. Sugiero tres cosas para empezar. Lo hice corto para que puedas imprimir esto y pegarlo en tu oficina cuando escuches el canto de sirena de tu IA diciendo: «Puedo hacer eso por ti».
Entonces, regreso a la pregunta original: ¿es la IA nuestra amiga o enemiga? Amiga, sí; pero seamos conscientes de cuánto tiempo pasa con nosotros y si se apodera de demasiadas partes de nuestra vida.
No queremos encontrarnos en una situación futura donde, sin el tostador, no tendríamos las habilidades para tostar un pan perfecto en el comal porque se nos olvidó cómo hacerlo. ¿Fuego alto por 10 minutos? Desayunaríamos pan quemado, mantequilla y café antes de ir al trabajo.
Así que asegurémonos de trabajar en armonía con nuestra la IA, para mantener nuestras habilidades más importantes (como tostar un pan perfectamente en el comal), desarrollar trabajos originales y destacar en nuestras carreras por lo que aportamos. De esa manera, mantenemos a la IA en nuestra lista de amigos.
El autor es profesor de cátedra de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Business Insider.