En un entorno de transformación digital acelerada, los directores de marketing (CMO) enfrentan la misión crítica de impulsar el crecimiento y posicionar a sus marcas. ¿Cómo lograrlo? Mediante liderazgo, tecnología y colaboración constante con otros líderes al interior de las organizaciones. Los CMO deben evolucionar de su rol táctico a uno estratégico, alineado con los objetivos de negocio. La clave está en integrar las estrategias de marketing con las necesidades organizacionales y establecer métricas claras que reflejen su impacto en el crecimiento, incluyendo indicadores de largo plazo y sostenibilidad.
La inteligencia artificial (IA) generativa ha transformado significativamente la personalización, la optimización del marketing y la captación de clientes. Para aprovecharla, los CMO deben capacitar a sus equipos, implementar chatbots y utilizar análisis predictivos que les permitan anticipar comportamientos, maximizar oportunidades y mejorar la experiencia del cliente. Además, deben explorar la automatización avanzada y la segmentación dinámica para maximizar el retorno de la inversión en campañas digitales y optimizar los recursos.
El éxito de estas tecnologías no depende solo de su implementación técnica, sino también de la capacidad de generar confianza en los consumidores que son cada vez más escépticos. La transparencia en el manejo de datos, los precios consistentes y la resolución proactiva de problemas son claves para construir relaciones duraderas y fortalecer la lealtad. Esto ha impulsado un cambio estratégico en las marcas, con un creciente enfoque en experiencias híbridas que combinan lo físico y lo digital. Integrar eventos presenciales con interacciones digitales y explorar plataformas digitales emergentes permite captar audiencias comprometidas y diversificar su presencia. Además, las experiencias inmersivas en puntos de venta físicos refuerzan la conexión emocional con los clientes, generando una ventaja competitiva sostenible.
Es esencial medir y analizar continuamente estas experiencias para hacer ajustes estratégicos en tiempo real. Para demostrar su impacto, los CMO deben alinear sus métricas de marketing con resultados financieros. Los KPI deben incluir tanto indicadores operativos como el crecimiento de ingresos y la rentabilidad, respaldados por dashboards compartidos que garanticen la transparencia y faciliten la toma de decisiones estratégicas.
No basta con colocar al consumidor al centro y adaptar procesos; el CMO también debe estar en el núcleo de la estrategia organizacional. Solo aquellas empresas que logran esta integración pueden duplicar sus probabilidades de alcanzar incrementos anuales superiores al promedio de la industria.
El CMO del presente debe ser un líder estratégico que impulse el crecimiento sostenible mediante el uso de tecnología, la colaboración interdisciplinaria y la construcción de confianza. Quienes dominen estos pilares serán actores clave en el éxito continuo de sus organizaciones y marcas.
El autor es director nacional de la Maestría en Mercadotecnia Estratégica de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Artículo publicado originalmente en Forbes México.