El potencial sin explotar del liderazgo femenino

El Liderazgo Centrado puede ayudar a las mujeres a liberar su potencial como líderes de negocios en un panorama empresarial volátil, incierto, complejo y ambiguo

Cada vez más mujeres acceden a puestos ejecutivos en las empresas. En EE. UU., la proporción de mujeres en consejos de administración ha crecido hasta un 27% y en la alta dirección (C-Suite), hasta cerca del 25%. Sin embargo, las altas directivas no suelen ocupar puestos que les permitan ascender a la dirección general (CEO). Generalmente, ocupan direcciones de RRHH, Comunicación, Jurídico o TI –entre otras— y ahí se quedan. Así, el número de directoras ejecutivas en las grandes empresas de EE. UU. (las que forman Fortune 500) sigue siendo bajo –8,8 % en 2022–, aunque el incremento en las últimas dos décadas no es nada despreciable (en 2001 no alcanzaba ni el 1%).

En México, las mujeres ocupan sólo el 13.9 % de los puestos directivos en las empresas y, según una investigación de McKinsey, se necesitaría casi un siglo para lograr la paridad de género en el país. Esta inequidad plantea muchas preguntas: ¿Por qué este progreso tan lento si las mujeres superan en número a los hombres en títulos universitarios? ¿Por qué las mujeres no avanzan al mismo ritmo que los hombres? En mi opinión, esto se debe a que las mujeres enfrentan mayores desafíos, simple y llanamente. La lentitud de nuestro progreso no puede explicarse sólo por falta de ambición o fortaleza, por el factor de la maternidad o por otras excusas.

Detrás de estos desafíos están los prejuicios y sesgos inconscientes (aunque en muchos casos no son tan ‘inconscientes’). Nuestro sistema patriarcal, injusto e irracional, perjudica no sólo a las mujeres líderes, sino también al desempeño del negocio. El business case para el avance de las mujeres es claro y más fuerte que nunca: nuestros estudios muestran que cuando hay tres o más mujeres en la alta dirección, las organizaciones son más saludables. Cuando se da esta condición, encontramos que nueve elementos críticos para el éxito de las empresas mejoran sustancialmente. Esto se explica porque las mujeres líderes suelen empatizar mejor con los clientes y los empleados, fomentar una mayor innovación y colaboración e impulsar el vital sentido de pertenencia –una de las razones por la cual las nuevas generaciones abandonan las organizaciones—.

A partir de 2004 emprendí un viaje personal para entender mejor cómo algunas mujeres llegan a la cúspide organizacional. Durante muchos años, entrevisté a mujeres directivas de todo el mundo en los sectores privado, público y académico. Estaba particularmente interesada en entender qué aportan las mujeres al liderazgo y por qué algunas mujeres logran vencer las profundas desigualdades presentes en sus países. También encuesté a hombres y mujeres de pymes y grandes empresas de todo el mundo para validar los hallazgos de las entrevistas. Finalmente, entrevisté a hombres líderes.

Los resultados revelaron que las mujeres aportan ciertas características al liderazgo que son críticas para nuestro entorno empresarial volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA), y aún más en el contexto post-COVID-19, combinando características masculinas y femeninas. Estas mujeres líderes compartían ciertos rasgos: 

  • Buscan el significado y propósito de su trabajo. 
  • Aportan una mentalidad de aprendizaje en situaciones difíciles. 
  • Basan sus relaciones en la confianza y promueven el sentido de comunidad. 
  • Prestan atención a sus empleados y propician la colaboración y la asunción de riesgos. 
  • Traen energía positiva, amor por el trabajo y la organización, amistad con sus colegas, alegría y capacidad de enfrentar el miedo conjuntamente, lo cual es vital en situaciones muy desafiantes.

Esta investigación estimuló el concepto de Liderazgo Centrado, un nuevo enfoque de liderazgo basado en gestionar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para inspirar a los demás a que liberen su potencial y contribuyan a la transformación. No se trata sólo de que salgan adelante en el trabajo, sino de que vivan su vida más plenamente. Cuando reflexiono sobre los enormes desafíos que tenemos por delante, hay tres aspectos de este modelo de liderazgo que pueden ayudar tanto a mujeres como hombres a enfrentar el panorama empresarial VICA:

  • Significado: Los líderes motivados por un propósito vuelcan sus fortalezas en el trabajo y generan más energía positiva. El significado es el “ancla” del Liderazgo Centrado porque inspira a las personas a trabajar y dar lo mejor de sí la mayor parte del tiempo.
  • Confianza: La capacidad de crear confianza es fundamental en las organizaciones actuales. Los miembros de las generaciones Y y Z quieren que se los vea y se los escuche. Por tanto, los líderes que logran generar confianza tienen organizaciones más coherentes y pueden apelar a la unidad en tiempos difíciles.
  • Energía positiva: Los líderes que aportan una mentalidad de abundancia, aprendizaje y crecimiento superan los miedos y vacilaciones de sus empleados para tomar los riesgos necesarios con el fin de tener éxito en el actual entorno competitivo. Los equipos que se basan ​​en la colaboración rechazan la mentalidad de “el ganador se lo lleva todo”, liberando energía a toda la empresa. Por el contrario, las empresas que fomentan la competencia extrema crean ganadores, pero también muchos más perdedores y una cultura del miedo que consume la energía.

Está claro que las mujeres enfrentan mayores desafíos en los negocios que los hombres. No obstante, pese a las cargas y responsabilidades adicionales de ser esposas, madres e hijas, y pese a la falta de patrocinadores, redes de seguridad, apoyo y comunidad, muchas directivas logran prosperar. Por eso es tan importante la formación especializada para mujeres ejecutivas. Cuando reúnes a mujeres que enfrentan retos similares, se produce la magia. Al compartir sus experiencias propias, se retroalimentan sobre sus propios desafíos, lo que supone un aprendizaje acelerado para las directivas.

Recientemente, entrevisté a una ejecutiva C-Suite de una empresa latinoamericana. Sola entre sus colegas masculinos, se había mostrado escéptica sobre la capacitación en liderazgo femenino. Cuando experimentó el programa por sí misma, descubrió el poder de compartir experiencias y aprender de otras mujeres directivas. Ya no se sentía sola y, lo que es más importante, pudo crecer gracias a la sabiduría colectiva del grupo. He estado enseñando Liderazgo Centrado a mujeres líderes en países de todo el mundo desde 2008. A pesar de las diferencias en las diversas culturas patriarcales, las participantes (re)descubren sus fortalezas personales, su distinción y la importancia de las redes femeninas para apoyar su ascenso a la cima.

Si trabajas en México o en algún otro país de América Latina, te invito a aprovechar la oportunidad para desarrollarte como una líder centrada mediante un posgrado para mujeres ejecutivas en puestos de dirección que te permita desarrollar competencias clave y generar así un impacto positivo en las organizaciones y en la economía en general.

La autora es socia sénior emérita de McKinsey & Company e instructora del programa ejecutivo Women Leading Organizations de EGADE Business School. 

Artículo publicado originalmente en Forbes México.

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