La primera mitad de 2017 ha presentado un panorama complejo en términos de planeación estratégica, marco operativo e inversiones para mantener y capturar oportunidades de negocio. El bajo crecimiento de la economía mundial, aunado a la incertidumbre política proveniente de Estados Unidos y Europa, son algunos factores que preocupan a los consejos de administración de las empresas mexicanas. Muchas empresas se han encontrado ante la disyuntiva de pararlo todo o continuar con sus programas de desarrollo empresarial en términos de inversión productiva, programas de innovación y desarrollo de mercados.
Esta incertidumbre ha ido ligada tradicionalmente a variables como la volatilidad económica, los cambios en las tasas de interés o la paridad cambiaria, entre otras. Sin embargo, la ecuación se complica con la aparición de variables adicionales como la geopolítica internacional, el marco electoral de corto y mediano plazo, las presiones de la negociación del TLCAN y los factores del gobierno de la nueva administración en EE UU, el efecto del Brexit en la Unión Europea, China y su marco de desarrollo, y, finalmente, la sucesión presidencial de México en 2018.
A pesar de la incertidumbre, México continúa siendo una economía competitiva con respecto a otros países emergentes, como revelan los últimos avances de la paridad cambiaria, el índice de precios y cotizaciones (IPC) y la solidez de las reservas del Banco de México. Además, México se convirtió recientemente en el segundo mayor exportador a Estados Unidos después de China, desplazando a Canadá.
No obstante, la preocupación en el medio empresarial se centra en las finanzas públicas, ya que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP), la medida más amplia para calcular la deuda pública, ascendió nuevamente. El mayor ritmo de endeudamiento podría afectar a la calificación crediticia soberana con su consecuente impacto en el costo total de la deuda pública, impactando en diversos programas de inversión estratégica del Gobierno de México.
Todo lo anterior apunta a un año muy retador. De hecho, la gran mayoría de los empresarios de primer nivel esperan que éste sea un año más complicado que 2016 y con crecimientos débiles de apenas un dígito.
Innovación centrada en el cliente
Ante este panorama, el consejo y la dirección ejecutiva necesitan recordar cuáles son los principales objetivos de sus empresas: aumentar la rentabilidad de las unidades de negocio, asegurar el cumplimiento regulatorio y permanecer en el tiempo.
Para su consecución, es crítico modificar o encontrar nuevos modelos de negocio y enfocarse a nuevas y más diversas oportunidades, lo cual implica convertir la empresa en una entidad ambidiestra que con una mano mantenga y maximice el negocio actual y, con la otra, aplique factores críticos de innovación con la ayuda de tecnologías disruptivas que impacten en:
- La productividad y la eficiencia (en operaciones, finanzas y recursos humanos)
- La mejora de la integración con clientes (con mensajes dirigidos y redes sociales)
- El aumento de la oferta de productos y servicios
Además, las empresas se deben apoyar en metodologías orientadas al cliente, como elDesign Thinkingde IDEO, y propiciar un marco general de acción como el que se presenta a continuación:
La incursión en nuevas arenas de negocio permitirá incorporar nuevas y más importantes oportunidades en otras áreas de mercado que complementen las que ya son atendidas.
La experiencia nos enseña que este marco de acción es más vigente y adecuado cuando las condiciones de operación son limitadas en mercados tradicionales, integrando áreas de crecimiento adicionales en un mercado en donde los competidores tradicionales están muy ocupados en manejar condiciones de crisis como las anteriormente descritas.
Este no es el momento de tratar de aplicar los modelos económicos o de negocio de antaño, que suelen estar limitados por condiciones de ambiente, sino de abrir nuevas áreas de oportunidad que serían poco atractivas a corto plazo en condiciones normales de operación del negocio.
Es momento de aplicar una verdadera estrategia de innovación disruptiva que favorezca la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio y a la vez mantenga siempre un ojo crítico. El momento es hoy… cuando muchos de los competidores están ocupados en sortear la crisis. Es un momento histórico, debemos tener confianza en nuestras capacidades para emprender e ir siempre un paso por delante. Suerte y adelante.