Apesar de los constantes llamados para alcanzar una equidad entre hombres y mujeres en el ambiente laboral, todavía existen rezagos sustanciales como la brecha salarial de género que afectan el desarrollo personal y profesional de la mujer, y al mismo tiempo el crecimiento económico del país. De acuerdo con la OCDE, cuando aumenta la participación de las mujeres o se reduce la disparidad entre la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral, se produce un crecimiento económico sostenido.
Las empresas llevan años tratando de comprender cómo hacer que las mujeres tengan un mayor éxito en sus carreras, incorporando políticas y programas que promueven el talento femenino. Una reciente investigación realizada por Accenture destaca el papel crítico que tiene la cultura en el crecimiento de las mujeres: cuando las empresas expresan sus intenciones de crear diversidad en la fuerza laboral, tienden a alcanzar cambios medibles en sus lugares de trabajo. Esto tiene mucho sentido, ya que la rendición de cuentas aumenta la probabilidad de obtener resultados.
También revela tres áreas de acción para crear un ambiente en el que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades de avanzar profesional y personalmente:
1. Liderazgo audaz: Se refiere a formar un equipo de liderazgo diverso que establezca, comparta y mida los objetivos de igualdad abiertamente. Para esto, los ejecutivos pueden realizar acciones concretas como hacer de la diversidad de género una prioridad para la gestión de la organización, establecer un objetivo de diversidad y compartirlo fuera de la organización, o indicar claramente los objetivos para cerrar la brecha salarial por género.
2. Acción integral: Establecer políticas y prácticas que respalden el desarrollo profesional y personal de ambos géneros y que estén libres de prejuicios para atraer y retener a las personas. Algunas acciones a tomar: atraer, retener y desarrollar el talento femenino y configurar redes de trabajo internas activas para mujeres y hombres; y permitir a los hombres gozar de permisos por paternidad, ya se ha demostrado que el hecho que este beneficio sea exclusivo de las mujeres, hace pensar a las trabajadoras que los permisos de maternidad son un freno para el crecimiento y desarrollo profesional.
3. Entorno empoderador: Crear un ambiente que confíe en los empleados, respete a las personas y ofrezca libertad para ser creativo, capacitarse y trabajar de manera flexible. Para esto se pueden tomar acciones como no pedir a los empleados que cambien su apariencia para ajustarse a la cultura de la empresa, asegurar que los empleados tengan la libertad de ser creativos e innovadores, permitir el trabajo virtual como una práctica común, proporcionar capacitación para mantener las habilidades de los empleados relevantes y asegúrese de que los empleados sepan que pueden denunciar incidentes de acoso sexual o discriminación dentro de la empresa de manera segura.
Hacia un nuevo liderazgo
Cambiar la cultura de una empresa hacia la diversidad abre un nuevo panorama para el desarrollo de nuevos líderes. Nuestro estudio demostró que en México, 77% de los empleados de las organizaciones en las que el liderazgo es responsable de mejorar la diversidad de género indica que la proporción de mujeres en posiciones de liderazgo ha aumentado en los últimos cinco años.
Las empresas deben trabajar para impulsar un lugar de trabajo donde todos, independientemente de su género, origen étnico, religión, orientación sexual, edad o capacidades físicas, se sientan igualmente integrados. Ser una organización equitativa significa eliminar los límites que impiden un entorno inclusivo y productivo, esto requiere que examinemos nuestras diferencias y construyamos un terreno común.
Lograrlo no solo trae beneficios al ambiente laboral, también tiene acertado sentido comercial. Para que las empresas logren alcanzar mayores niveles de competitividad, necesitan personas que aporten sus perspectivas y habilidades únicas en los diferentes modelos de negocio. La diversidad ayuda a impulsar el cambio disruptivo que diferentes industrias exigen día a día.
México tiene la oportunidad de crear una agenda donde la equidad de género nos permita maximizar la capacidad humana desde la autenticidad del pensamiento racional, la creatividad emocional y la realización intelectual; esto provocará que el talento de las nuevas generaciones se convierta en el principal diferenciador de alto valor para la economía laboral y, por lo tanto, una economía más competitiva.