Un panorama de la inclusión financiera en México

A pesar de los esfuerzos de los actores involucrados, se observa que existe una parte de la población que no está siendo incluida financieramente.

Dic 24, 2021

Según la Encuesta Nacional de Educación Financiera (ENIF 2018), llevada a cabo por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 68% de la población adulta entre 18 y 70 años en México tiene al menos un producto financiero.

Este logro se debe, en parte, al conjunto de los esfuerzos del gobierno, instituciones bancarias y organizaciones no gubernamentales que a través de diferentes acciones y programas han podido incluir financieramente a los mexicanos.

Pero, ¿cuál es la meta? Desde mi perspectiva, es lograr que el 100% de los mexicanos tenga al menos un producto financiero, ya sea una cuenta de ahorro, un crédito o inclusive un seguro.

Lograr la meta es un reto para nuestro país, ya que de acuerdo con la ENIF las mayores brechas se dan debido a los años de estudio, la formalidad o informalidad laboral, y si habita en una localidad urbana o rural. Esta brecha, en una combinación en términos de inclusión financiera, puede ser del 50%, y si consideramos el género, en el caso de las mujeres, aumenta un 7%.

A pesar de los esfuerzos de los actores involucrados, se observa que existe una parte de la población que no está siendo incluida financieramente. Por ejemplo, se tiene conocimiento que la infraestructura bancaria está ausente en 577 municipios, esto representa 14 millones de personas en México. Por otro lado, existen 68 agrupaciones lingüísticas en México, las cuales representan 7 millones de mexicanos de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), ubicados principalmente en comunidades rurales y no existe ninguna estrategia adecuada para incluirlos en el sector financiero. Podemos mencionar también que, de acuerdo con el INEGI y el Censo económico 2019, de los 6.3 millones de establecimientos en México el 62.6% se encuentran en la informalidad, y por consiguiente su condición laboral se encuentra en la misma situación. De acuerdo con lo que se mencionó anteriormente, se explica la brecha tan grande que existe en términos de inclusión financiera, la cual se amplía anexando las variables mencionadas.

¿Qué acciones se llevan a cabo para incluir a todos? Las estrategias, de acuerdo con la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF, 2020), se enfocan en proyectos e iniciativas t como: fortalecer la infraestructura del sistema financiero, incrementar las competencias financieras, favorecer a las personas vulnerables e incrementar la accesibilidad y la digitalización.

Estas acciones son congruentes en términos de lo que se requiere para lograr una inclusión financiera en México, y existen dos puntos que son relevantes: Primeramente, el hecho de incrementar las competencias financieras en México. De acuerdo con el estudio de Iniciativas de Educación Financiera en México, se tienen identificados 160 programas de educación financiera con resultados no claros, en relación con un cambio en el comportamiento, sino que más bien los datos recopilados se centraron en el alcance que tuvieron, es decir, cuántas personas fueron atendidas. En relación con lo anterior, se deduce que el impacto ha sido bajo, debido al avance poco significativo que se tuvo en las ENIF del 2015 al 2018.

Los programas de educación financiera deben incluir un sistema de medición de impacto y observar si se tuvieron los resultados esperados, y con base en ello realizar las modificaciones necesarias para hacer un programa eficiente; y éstos indudablemente deben de ser enfocados en lograr competencias y/o habilidades financieras, no solo pensar en una transmisión del conocimiento.

El segundo punto es incrementar la digitalización. De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT 2021), en México existen 84 millones de usuarios de internet y 81 millones de usuarios de teléfonos celulares que cuentan con un equipo inteligente, ambos factores son requeridos para la digitalización, aunque la inclusión se detona, además del acceso a internet, cuando todos tenemos acceso a un servicio financiero. Y no podemos dejar de lado la preponderancia del efectivo, ya que el 84% de la población usa el efectivo para realizar sus compras.

¿En qué nos podemos enfocar? Se considera que se requieren estrategias específicas, de acuerdo con el contexto de los diferentes sectores de la población, acompañados de programas de educación financiera con medición de impacto y basado en competencias financieras; y adicionalmente, una implementación desde los niveles básicos de educación para lograr un cambio transgeneracional y con ello propiciar una mayor inclusión financiera en nuestro país.

Autor

Jorge A. Meyran W.
Licenciado en Administración de Empresas por el Tecnológico de Monterrey y Maestro en Finanzas por la Universidad de Alicante. Cuenta con experiencia profesional en el sector bancario y como emprendedor. Actualmente es líder del proyecto de plataformas educativas del Centro de Acceso, Inclusión e Investigación Financiera (FAIR) del Tecnológico de Monterrey.