Había una vez en México dos compañeros graduados de la Universidad llamados Juan y Sergio, los cuales lograron conseguir sus primeros empleos. Esto los hacía muy felices debido a que por primera vez estaban recibiendo un salario el cual los ayudaría a cumplir sus sueños. Estos empleos les ofrecían el mismo salario de 20 mil pesos mensuales.

Sergio: ¡Hola Juan! Conseguí un empleo como asistente en una notaría pública

Juan: ¡Suena perfecto! Yo he logrado conseguir un puesto como diseñador gráfico, ¡el trabajo de mis sueños!

Sergio tomó un curso de finanzas personales en la universidad por lo que tiene un poco de educación financiera , mientras que por otra parte Juan no tomó ese curso pero es una persona disciplinada. Los dos deciden ahorrar el 30% ($6000) de su salario, la diferencia es que Sergio abre una cuenta de inversión. Compra acciones de un fondo que le ofrece la casa de bolsa y un par de acciones de tecnología que le llaman la atención, su portafolio le ofrece una tasa del 8% anual. Compra acciones de un fondo que le ofrece la casa de bolsa y un par de acciones de tecnología que le llaman la atención, su portafolio le ofrece una tasa del 8% anual. Juan guarda su dinero en su colchón, el cual le ofrece un rendimiento del 0% anual.

Sergio: Creo que la mejor opción para mi futuro es destinar cierta parte de mi salario (ingresos) a fondos de inversión con el fin de que crezca mi dinero. Con estos movimientos en mi portafolio lograre generar rendimientos en mi dinero de un 8%.

Juan: Creo que lo mejor será ahorrar el 30% de mi salario para poder tener dinero en un futuro, no veo la necesidad de arriesgarlo en acciones.

El tiempo pasa y Sergio y Juan ahorran los mismos $6000 durante todos los meses por 10 años.

Los dos conocen al amor de su vida y quieren comenzar una familia, por lo que están buscando una casa, saben que la mejor decisión para poder financiar esta importante inversión es pedir un crédito hipotecario y pagar el 20% del valor de la casa de enganche.

Juan y Sergio: Creo que es momento de utilizar el dinero ahorrado durante estos 10 años de mi vida y así poder empezar a construir una familia junto al amor de mi vida.

Los dos voltean a ver sus ahorros y oh sorpresa! Sergio cuenta con $1,087,699 y Juan cuenta con $720,000 una diferencia de lo que le permite a Sergio pedir un crédito para comprar una casa con un valor de $5,438,495 y a Juan le permite pedir un crédito para una casa de $3,600,000 una diferencia de casi 2 millones de pesos, seguramente hacen la diferencia en los acabados.

Sergio: Mis rendimientos han dado sus frutos, ahora cuento con $1,087,699 por lo que podré pedir un crédito para una casa con valor de $5,438,495.

Juan: A lo largo de todos estos años solo he logrado reunir $720,000, los cuales me he dado cuenta que ya no tienen el mismo poder adquisitivo de antes.

Juan al ver la diferencia que existía entre sus ahorros y los de Sergio se dio a la tarea de aprender un poco más sobre los beneficios de invertir y del interés compuesto

Juan: No lo puedo creer. ¿Cómo es posible que Sergio y yo ganemos y ahorremos lo mismo, pero él generó más dinero a lo largo de estos años?

Al investigar un poco, Juan logró darse cuenta que el dinero que estaba ahorrando en lugar de generarle un beneficio le estaba generando una pérdida en el valor adquisitivo.

Fue ahí donde conoció la inflación (aumento generalizado de los precios en los bienes y servicios). Y se dio cuenta que si quería generar rendimientos en su bolsillo no bastaba con guardar el dinero debajo del colchón sino que había que salir a buscar las mejores opciones de inversión ajustadas a sus necesidades.

Juan descubrió que su perfil de inversionista había cambiado con el tiempo, ya no solo tenía que pensar en el mismo sino que tenía que pensar en el futuro de su familia.

Al mismo tiempo se dio cuenta de que no podía tomar los mismos riesgos que el joven Sergio hace 10 años.

Y los caminos siguieron siendo distintos para Juan y para Sergio. Por una parte Sergio logró la libertad financiera a una edad temprana, se pudo dar el lujo de viajar con el amor de su vida y al mismo tiempo de empezar a ahorrar para el futuro de sus hijos. Mientras que Juan batalló un poco más por no empezar a temprana edad, afortunadamente logró enderezar el camino de sus finanzas y poco a poco fue mejorando su estilo de vida con la poderosa ayuda del ahorro sumado a las inversiones que fue colocando con el paso del tiempo.