La inclusión financiera es un tema de gran relevancia que ocupa a líderes de diversas instituciones y de gobiernos a lo largo del mundo. El Banco Mundial, por ejemplo, ha definido diversas estrategias para avanzar en este tema a nivel planeta. La inclusión financiera está inmersa también en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas. Los gobiernos de los países definen políticas públicas orientadas a incrementar la inclusión financiera en dichos países. En fin, se trata de una problemática que afecta a millones de personas en el mundo, que no tiene una solución simple y que llama mundialmente la atención.
Pero ¿qué es la inclusión financiera?, ¿por qué es relevante? De acuerdo con el Banco Mundial (https://www.bancomundial.org/), la inclusión financiera trata de que las personas que habitan en los países tengan un nivel adecuado de conocimientos relacionados con el uso que le pueden dar a su dinero; asimismo, que tengan acceso a servicios que se adecuen a sus necesidades y que les ayuden a manejar su dinero de manera eficiente, y que estos servicios sean prestados bajo una serie de reglas que busquen la protección de las personas.
Si podemos lograr lo anterior en los países, se espera que las personas ahorren, tengan la capacidad de responder a alguna crisis económica familiar, sepan cómo y en dónde invertir su dinero, identifiquen la mejor alternativa para financiarse, y eventualmente, se genere un círculo virtuoso que ayude a la disminución de la pobreza.
Para conocer el avance que tenemos en el mundo, en el tema de la inclusión financiera, existe una base de datos llamada Inclusión Financiera Global (en inglés Global Financial Inclusion o Global Findex). Esta base datos se ha publicado para los años 2011, 2014 y 2017 y mide decenas de variables para más de 150 países.
De acuerdo con la base de datos Global Findex (https://globalfindex.worldbank.org/) para nuestro país, en el año 2011 el 27% de las personas mayores de 15 años tenía una cuenta en una institución financiera; mientras que, en el año 2017, ese porcentaje fue de 35%; es decir, hubo un crecimiento de 10 puntos porcentuales en esta variable.
Sin embargo, cuando revisamos la información de esta misma variable y comparamos el tanto por ciento de hombres y mujeres que tienen una cuenta en una institución financiera, tenemos una brecha importante. En el año 2017, el 39% de los hombres mayores de 15 años tenía una cuenta; mientras que solamente el 33% de las mujeres mayores de 15 años tenía una cuenta en ese mismo año.
Las razones principales por las que las personas no tienen una cuenta en una institución financiera son: 1) porque consideran que no tienen los fondos suficientes para tener una cuenta y 2) porque opinan que los servicios financieros son muy caros.
Esta es únicamente una variable de las que se analizan en la base de datos, la cual nos muestra que, en México, todavía se necesitan muchos esfuerzos en esta materia.
Gerorgina Maldonado
Directora de Depto de Contabilidad y Finanzas. Correo:gmc@tec.mx. Columna originalmente publicada en el Diario Noticias de Querétaro 2021.