La ganadería es una de las principales causantes del cambio climático, junto con la deforestación, la contaminación el consumo de agua, la pérdida de hábitats y la extinción de especies, de acuerdo con la FAO. Es responsable del 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (7.1 gigatoneladas CO2-eq por año). Es decir, la digestión de las vacas y otros animales como cerdos, búfalos, pollos, pequeños rumiantes y otras aves de corral, en forma de ventosidades y excrementos, junto con el uso de la tierra que requiere su crianza y alimentación, libera más gases que todo el sector mundial de transportes (incluyendo todos los coches, aviones, trenes y barcos juntos).
La forma en la que nos alimentamos está causando graves problemas a nuestro planeta, por lo que cada vez más consumidores están reevaluando lo que implica ingerir proteína de origen animal. Estos consumidores toman en consideración diversos aspectos como: la salud y las enfermedades derivadas de un consumo elevado de productos de origen animal, el sufrimiento innecesario de miles de millones de animales, o bien la ingente cantidad de recursos naturales para alimentar a una pequeña parte de la población mundial, mientras que el número de personas subnutridas y malnutridas crónicas en el mundo aumenta.
Tendencias en el sector alimentario
Es cierto que necesitamos de proteínas y que, por cultura, gusto o desconocimiento, preferimos las de origen animal. No todas las personas optan por una alimentación más balanceada o por una dieta vegetariana o vegana. Sin embargo, las nuevas tendencias alimentarias presentan oportunidades de negocio o de desarrollo de nuevos productos, al tiempo que enfrentan las problemáticas de la alimentación a base de proteína animal. En este sentido el informe “Mintel Global Food & Drink Trends 2018” ha identificado dos tendencias clave en el sector de la alimentación y bebidas:
- Productos seguros, éticos, naturales y sostenibles medioambientalmente, que no acarreen maltrato social o animal en ninguno de los eslabones de su cadena de producción.
- Sustitución de granjas y fábricas, a través de la impresión 3D o del cultivo de células madre, para la producción en laboratorios de alimentos cárnicos y productos lácteos.
La hamburguesa que estamos esperando
La carne de laboratorio presenta ventajas respecto a la carne tradicional en cuanto a: trato animal, condiciones sanitarias, protección medioambiental y económicas. Este tipo de productos atraerá sobre todo el interés de los consumidores preocupados por la sostenibilidad y consciente del bienestar animal, pero que quieren comerse una hamburguesa de carne, eso si, sin que el sabor, apariencia y textura se vean comprometidos.
Esta alternativa de proteína animal todavía no se encuentra disponible para el consumidor debido a que aún no es un negocio escalable usando la tecnología actual, pero ya hay empresas interesadas en el desarrollo de esta tendencia. Mosa Meat, por ejemplo, es una startup holandesa que sigue en esta línea de investigación y prevé lanzar su hamburguesa de laboratorio dentro de 3-4 años. Además, existen propuestas de compañías exitosas que elaboran ya sustitutos de la carne basados en proteínas vegetales como Impossible Foods, Beyond Meat y The Vegetarian Butcher.
La alimentación necesita innovación disruptiva. Atender a las tendencias alimentarias representa una oportunidad de ofrecer productos más sostenibles, presentar alternativas innovadoras para que nos alimentemos de comida deliciosa y saludable que sea buena para todos los seres humanos, los animales y nuestro planeta. Podemos ser parte de la solución del cambio climático con una innovación disruptiva que tanto hace falta en la alimentación.