Erase una vez, dos chicos enamorados que planearon un futuro juntos y el destino los encaminó por uno mejor.
Chava y Nath se conocieron en el cuarto semestre de la universidad. Siendo ambos becados en una de las mejores instituciones de México al 80% y 100% respectivamente.
Nath estaba estudiando Administración Financiera, mientras que Chava enfocaba sus estudios en Administración y estrategia de negocios.
Sin embargo, a ambos les encantaba tomar clases extracurriculares y un sábado, durante un taller sobre Finanzas Personales, coincidieron por primera vez, enamorándose uno del otro casi instantáneamente.
Durante los recesos de dicho taller, ambos charlaban y coincidían en muchos puntos. Les encantaba ser curiosos y aprender cosas nuevas.
Asimismo, se percataban que tenían gustos muy similares y compartían casi los mismos hobbies. Inclusive, se dieron cuenta de que ambos iban al mismo club deportivo de la ciudad y frecuentaban casi los mismos centros nocturnos con sus respectivos amigos.
Por ello, al poco tiempo de convivir y llevarse bien fuera de la clase, decidieron comenzar a salir.
Todo era color de rosa y les encantaba sorprenderse con detalles constantes. Desde cartas hasta boletos de entrada para algún evento. Les gustaba pasear por museos y asistir a diversos eventos culturales. Sin embargo, al término del primer semestre, notaban una reducción relevante en sus ahorros destinados para cosas personales y al año se percataron de que ya no les alcanzaba para ningún lujo propio.
Fue entonces que se dieron cuenta de que tenían que ahorrar el 20% de su sueldo por prácticas y el otro 80% destinarlo a sus gastos comunes, considerando un 30% en gastos personales y con ello, volver a cubrir esos gastos que solían considerar de sus ingresos antes de la relación.
Por otro lado, al contar con un enfoque de ahorro, y demostrando su preocupación por su futuro; sus padres también decidieron apoyarlos con un plan de ahorro personal para su vida después de graduarse y comenzaron a invertir en una cuenta individual, considerando el 50% del pago de colegiatura que por la BECA no pagaban en la institución, a un plazo de 4 años.
Conforme iba pasando el tiempo, la relación se volvía cada vez más formal y comenzaron a planear el empezar un proyecto de vida juntos una vez graduados, por lo que a su vez, destinaban el 10% de sus sueldos por prácticas a una cuenta en común que generaba un rendimiento atractivo.
Una vez que terminaron la carrera, ambos jóvenes querían continuar con su desarrollo personal, el paso evidente era conseguir trabajo formal, y continuar con su plan de ahorros, en sus respectivas profesiones.
Si bien, ambos eran virtuosos en sus profesiones, el ambiente laboral era sumamente competitivo, y sus sueldos aún no eran tan bien remunerados. Pero esto no los detendría, al contrario, los motivaría para perseguir con más pasión su sueño de ser exitosos, poder casarse y formar una bella familia.
Si bien su historia de amor llevaba ya unos años, ellos la disfrutaban cada vez más. Se conocían a la perfección y cada día que pasaba crecía más el cariño. No perdían oportunidad para demostrarse su amor con cada gesto que podían y nunca faltaba el mensaje de buenos días. Aún continuaban con los detallitos enviándose cafés a sus oficinas, e incluso intentaban coordinar sus horarios para poder comer juntos.
Eran una pareja admirada por todos quienes los rodeaban, la relación que sostenían ambos con sus familias era muy buena y se habían acoplado a la perfección. Eran un excelente equipo juntos.
Es por ello, que en sus planes surgió el casarse y comprar entre los dos un departamento para establecerse. Y fue entonces que Chava hizo lo imposible para sorprender a Nath en un viaje de vacaciones en Cancún para que al estar frente el mar, cobijados por una luna llena y un millón de estrellas, a media luz de fogata decirle desde lo más profundo de su corazón que fuera su esposa. Ella aceptó al instante, y la noticia alegró a todos sus seres queridos quienes aplaudían esta unión.
Así que precisamente un año después se casaron en una formidable ceremonia que les encantó a todos y en la que no escatimaron en ningún detalle. Todo había sucedido precisamente como ambos lo soñaron, rodeados de familia, amigos y claro su inconmensurable amor. Tenían un brillante futuro por delante y ambos estaban impacientes por empezar a vivirlo.
Todo era felicidad en la vida de Nath y Chava, y con mucho esfuerzo habían cubierto ya el enganche de su primer departamento. Iban pagando periódicamente su hipoteca, sin descuidar sus respectivos aportes al proyecto de inversión que tenían desde hace tantos años.
Ambos se sentían satisfechos, tenían su vida de ensueño, y todo parecía estar saliendo de acuerdo con el plan. En su futuro veían tener hijos hasta los 33, pero el destino tiene sin duda formas muy misteriosas de operar.
En una mañana de sábado Nath sorprendió a Chava con la buena nueva. La primera reacción de Chava fue alegrarse ya que tener hijos era su más ferviente deseo, pero posteriormente lo invadió un sentimiento de responsabilidad y angustia, que de inmediato compartió con Nath.
Si bien ambos tenían trabajo y ganaban lo suficiente para tener estabilidad, pero no era lo suficiente para mantener a un hijo con el estilo de vida que ambos querían darle. Ellos eran muy jóvenes, apenas tenían 26 años, y este gran acontecimiento era anhelado mas no previsto. Sin embargo, ellos eran un par de adultos comprometidos, que se amaban y tenían que hacer que funcionara.
Conforme más lo pensaban, salían a relucir más gastos que la joven pareja tendría que asumir (el parto, doctores, pañales, ropa, comida, escuela, etc.) y que con sus sueldos se veía complicado sobrellevar satisfactoriamente esta nueva realidad a la que se enfrentaban, además de que ahora dependía por completo de ellos un nuevo ser humano.
Así que ambos decidieron compartir tanto su felicidad como sus preocupaciones, con sus seres queridos - familiares y amigos - quienes por supuesto los felicitaron pero también recomendaron excelentes consejos financieros como: “desde ahora destinen un ahorro para la universidad del niño”, o “inviertan sus ahorros y conocimientos para emprender un negocio”.
Estaba claro que sus allegados más cercanos confiaban plenamente en el joven matrimonio y estaban al tanto de sus planes, metas y aptitudes. Desde aquel curso de Finanzas Personales habían conversado en ser socios y emprender un negocio, pero ante la premura de la situación que enfrentaban decidieron continuar momentáneamente en sus empleos e invertir todos sus ahorros y tiempo libre en conformar su nuevo emprendimiento y crear su anhelado restaurante.
Al ser ellos dos profesionistas competentes y contar con conocidos en diversas profesiones tanto en sector privado como público, les fue relativamente sencillo poder abrir su restaurante. Este era un concepto de comida fusión Japonesa-Mexicana y además era temático, lo cual lo hacía aún más atractivo al público combinando elementos, y simbolismos de ambas culturas y cocinas.
Para abrirlo inicialmente compraron el local donde lo inauguraron, hicieron rigurosamente un presupuesto para adquirir y acondicionar dicho local, además de que se asociaron con un entrañable amigo mutuo del matrimonio quien convenientemente era Chef especializado en comida mexicana y japonesa. Acudieron con otro amigo abogado para que los asesorara en la compraventa del inmueble, el registro de la marca, en los contratos para constituir la sociedad del restaurante, en los contratos para contratar al personal, en los trámites ante el fisco, y por supuesto en la obtención de los permisos sanitarios correspondientes.
Al poco tiempo después, finalmente el joven Jose nació y llenó de felicidad la vida de sus padres, ya que estos se sentían considerablemente más tranquilos debido a que dicho emprendimiento fue un rotundo éxito con el que recuperaron su inversión inicial en apenas 8 meses y de ahí en adelante todo fue ganancia. El restaurante destacaba por la calidad de la comida y la excelente atención que brindaban al público, y subsecuentemente Chava y Nath iniciaron a destinar una parte de su ingreso para la educación del joven José.
Al año y medio de haber inaugurado, tuvieron capital suficiente para expandirse y poner una segunda sucursal, y esta vez fue más fácil ya que conocían todo el proceso, por lo que un año después con el ingreso de ambas sucursales, habían ya recuperado la inversión de la segunda sucursal y se aventuraron a abrir una tercera.
Es importante tomar en cuenta que Chava y Nath fueron padres primerizos responsables. Desde un comienzo asumieron los gastos que tendrían, planificaron correctamente sus ahorros e inversiones y además se asignaron obligaciones tanto presentes como futuras para no caer en deudas y poder sacar adelante a su familia. Siempre estableciendo como prioridad número uno a su hijo José.
En este caso Nath y Chava debían de contar previamente con un presupuesto, ya que era indispensable hacer uno en donde se contemplaran los gastos y ajustarlos con los nuevos ingresos y egresos que se presentarán en un futuro, tomando en cuenta como prioridad número uno al futuro nuevo integrante de la familia así como tomando en cuenta los gastos que se tendrán los próximos años. De esta manera fue posible saber cuáles fueron los ingresos con los que cuntaban en ese momento y en qué se podían emplear.
Para realizar ese PRESUPUESTO fue necesario que Chava y Nath supieran en dónde se encontraban parados, saber realmente cuál era su estado económico actual y para eso fue necesario primero hacer un diagnóstico de la situación.
INGRESOS - (GASTOS + CRÉDITOS)
Siendo necesario confirmar que el resultado de la operación fuera positivo, ya que de lo contrario se deberían hacer ajustes en los gastos fijos y variables que se tuvieran.
Fue importante que Nath y Chava saldaran sus deudas antes de que naciera el nuevo integrante de la familia. Ya que en caso de que surgiera algún imprevisto el día del nacimiento de José, ellos pudieran amortiguar esos gastos extras. De igual manera, pensaron en tener un seguro o estar afiliado a alguna entidad de protección de bienes pero lamentablemente no lo contemplaron dentro del presupuesto y no les fue posible adquirir ningún tipo de seguro.
La planeación financiera formó parte esencial de la vida de Nath y Chava
Al tener control de sus ingresos pensaron que tenían todo bajo control, un fondo de ahorro listo para el futuro educativo de sus hijos, control de los gastos de sus negocios y un buen plan de almacenaje y rotación de inventario para evitar pérdidas o merma dentro del negocio.
Todo iba bien para la pareja hasta que llegó un punto en el que el trabajo consumía mucho de su tiempo, y eso trajo consigo que tuvieran que buscar a una persona que cuidara al pequeño José, teniendo que reestructurar sus gastos y su presupuesto ya que una niñera de tiempo completo no era nada barata para la pareja.
Afortunadamente, Nath consiguió negociar con una agencia el cuidado de su hijo José, en donde la paga se dividía en un pago en efectivo y otra parte del costo sería en comida para la niñera en uno de sus restaurantes para evitar perder efectivo en ese momento y pagar en especie como parte de una estrategia por tener más flujo y liquidez del mismo.
La pareja estaba en la cima, nada los podía detener, hasta que un día al llegar a abrir uno de sus locales descubrieron que habían sido víctimas de un robo.
Nath estaba devastada mientras Chava trataba de hablar con las autoridades correspondientes para poder tratar de solucionar sus problemas operativos en ese momento y encontrar a los culpables del robo también.
Ahí es donde aprendieron que debían tener un seguro en contra de robo en sus restaurantes forzosamente, siendo una opción previamente considerada pero sin darle tanta importancia como debería ya que podían ahorrarse ese gasto con el pretexto de que nunca iban a sufrir algo de esta magnitud.
La lección fue dura pero aprendieron a que no sólo se debe presupuestar el dinero para el futuro y para sus actividades diarias, sino que también se debe tomar en cuenta el costo de un seguro para poder prevenir cualquier suceso como el que les pasó. Salvaguardando la seguridad de su patrimonio y también de su familia .
Pasaron por muchos obstáculos y muchas lecciones que los ayudaron a prepararse cada vez más de los golpes que da la vida. Pero también aprendieron la lección más importante, de que todo puede pasar, pero al final, lo que en verdad importa es estar unidos como una familia en todo momento.
Por lo que, siempre será bueno tener ese colchoncito de educación financiera.
Shaden E. Guzman Contreras
Luis A. García
Juan Pablo Corona Romero