El pasado 15 de abril, Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de la deuda soberana de México de BBB a BBB-.
Entre las explicaciones que dio la agencia calificadora, destacó el efecto que el COVID-19 tendrá en México en su crecimiento económico (esperan una caída de al menos 4% en 2020), un aumento del nivel de deuda a 50% del nivel PIB inclusive sin que el gobierno federal tome medidas anticíclicas (representando un brinco de 6 puntos porcentuales). Asimismo, mencionó como otros factores una menor recaudación tanto petrolera como tributaria, y la débil situación financiera que tiene PEMEX. La calificación se acerca peligrosamente a la pérdida de grado de inversión. Si las finanzas públicas empeoran aún más, la deuda soberana podría calificarse como especulativa, generando salidas de flujos de capital del país como consecuencia así causando que las empresas tengan menos recursos para financiarse y generando pérdidas considerables en el valor de diversos instrumentos financieros.
El día de hoy, 17 de abril, Fitch Ratings bajó la calificación crediticia de PEMEX (a BB- desde BB) y CFE (a BBB- desde BBB).
Lo anterior como consecuencia de menores precios del petrolero, altos costos de producción, pero principalmente, por el vínculo directo que las empresas estatales tienen con la deuda soberana de México.
El Banco de México publicó las reservas internacionales al 8 de abril, las cuales se ubicaron en 185,617 millones de dólares.
Con respecto a la semana anterior, esto representó un incremento de 0.03%.
Jesús Gustavo Garza García, PhD
Director General