El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la cifras de la balanza comercial al mes de agosto donde se registró un superávit de 6.1 mil millones de dólares.
El superávit se debió a la fuerte contracción de las importaciones (-22.2% anual), comparado con la disminución de las exportaciones (-7.7% anual). Es decir, la debilidad de la demanda interna está deprimiendo el nivel de las importaciones en una mayor proporción que la debilidad de la demanda externa. Al interior de las exportaciones, las manufactureras diminuyeron 8.3%, ligando 6 meses consecutivos de contracción. Las exportaciones automotrices, que representan más del 30% del total, cayeron 11.9%.
Por otro lado, las importaciones de bienes intermedios registraron una contracción de 20.3% y las de bienes de capital disminuyeron 19.8%. La primera está muy relacionada con los insumos necesarios para la producción de bienes finales nacionales (78% de los componentes de la producción final provienen del extranjero). El segundo rubro está relacionado con la inversión y la expansión de la producción nacional.
Cifras ajustadas por estacionalidad, las exportaciones consolidaron su tercer mes de crecimiento en términos mensuales (4.9% mensual en agosto). Lo anterior representó un crecimiento trimestral anualizado de 221%, debido a la baja base de comparación de los meses anteriores. Al interior de las exportaciones destaca el crecimiento trimestral anualizado de las exportaciones manufactureras (238%) sobre todo las automotrices (1,755.2% 3m/3m anualizado).
Por otro lado, las importaciones también registraron un comportamiento positivo al crecer 7% en agosto en términos mensuales. Al interior, la importación de bienes intermedios se aceleró registrando un crecimiento trimestral anualizado de 18.6% (v.s. -59.8%). Además, la importación de bienes de capital registró su tercer mes de crecimiento positivo mensual, registrando un crecimiento mensual anualizado de 6.8%, después de 7 meses seguidos de contracción.
Así, el superávit de la balanza comercial del mes de agosto se explica por una mayor desaceleración de las importaciones que las exportaciones en términos anuales. Sin embargo, las cifras desestacionalizadas confirman que la economía se encuentra en recuperación, si bien a un ritmo moderado. Hacia adelante esperamos que las exportaciones presenten un dinamismo favorable debido a la expansión de la industria estadounidense. Asimismo, la reapertura gradual de la economía nacional está reactivando a la demanda interna, reflejada en la recuperación reciente de las importaciones de bienes intermedios. Como riesgos en el mediano plazo está un rebrote de la pandemia que pudiese afectar a la economía nacional y la persistente caída en la inversión fija bruta, que afectará las tasas de crecimiento potenciales en el país.
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que los ingresos federales disminuyeron 2.3% real anual en los primeros ocho meses del año.
En el mismo periodo de tiempo, los ingresos petroleros se contrajeron 38% real anual mientras que los no petroleros aumentaron 4.3%. Al interior de los ingresos no petroleros, los tributarios disminuyeron 0.5% influenciados por la caída de 1.8% del IVA y el 5.2% del IEPS. En contraste, el ISR aumentó 1.1% real anual.
Si bien, los ingresos en los primeros ocho meses del año son negativos, en agosto se expandieron 14.6% anual, lo que indica que la economía está en plena recuperación. De hecho, la recaudación por IVA aumentó 14.2% en el mes de agosto.
Por el lado del gasto, Hacienda publicó un crecimiento real de enero a agosto de 0.9%. Al interior, el gasto programable, es decir, el que se puede manipular creció 3.3%. Por otro lado, el gasto en capital aumentó en 14% real anual destacando la inversión física que creció 9%. Esta última esta relacionada con obras de infraestructura, que tienen un impulso importante para la actividad económica. En contraste, el gasto no programable se redujo 4.9% en los primeros ocho meses del año. El costo financiero aumentó 1% solamente, debido a los recientes recortes en la tasa de interés. De hecho, en el mes de agosto, el costo financiero se contrajo en 19.2%.
Así, las finanzas públicas se mantienen estables, explicado por el superávit fiscal primario reportado en los primeros ocho meses del año. Sin embargo, hacia adelante creemos que las finanzas públicas se verán presionadas. Primero, por las expectativas macroeconómicas de este año y de 2021 peores a las estimadas por Hacienda, lo que impactará fuertemente a la recaudación tributaria. Segundo, por el deterioro financiero de PEMEX que está mermando a las finanzas públicas nacionales.
Jesús Gustavo Garza García, PhD
Director General