Por ISABELLA CASTAÑEDA RODRÍGUEZ | EGADE BUSINESS SCHOOL
El Paquete Económico 2026 plantea un escenario desafiante para México, con proyecciones optimistas de crecimiento, incremento de deuda pública y presiones en gasto social e infraestructura.
En este episodio de Territorio Negocios, conducido por Pablo Necoechea, director regional de EGADE Business School en Ciudad de México y Querétaro, participaron Jorge Velarde, profesor del Departamento de Finanzas y Economía de Negocios de EGADE Business School, y Julio Ruiz, economista en jefe de Citi para México.
“El porcentaje de 52.3% más o menos, que se está visualizando en el presupuesto sobre la deuda pública, ya sobrepasó el 50% del parámetro que se mide a nivel internacional”, mencionó Velarde, advirtiendo que “no deja de ser un foco de riesgo para la economía mexicana”.
Por su parte, Ruiz señaló que la Secretaría de Hacienda estima un crecimiento económico de 2.3%, mientras que el consenso de analistas lo coloca en 1.4%. Esta diferencia “puede generar un faltante de ingresos tributarios de alrededor de 0.14% del PIB”, dijo.
En cuanto a riesgos externos, también indicó que el futuro de la política comercial México-Estados Unidos y la desaceleración económica en ese país son los principales focos de incertidumbre que impactarán la inversión.
Velarde agregó que el tipo de cambio puede mermar los ingresos de las exportadoras y una desaceleración en Estados Unidos reduciría el envío de remesas y el consumo interno en México.
Sobre las señales para los negocios, sugirió a las empresas anticipar la volatilidad y optimizar la liquidez, para en el largo plazo enfocarse en inversiones estratégicas en tecnología y automatización, logrando mayor eficiencia y productividad.
Ruiz destacó la relevancia de la renegociación del T-MEC: “Seguramente se va a enfocar a limitar los flujos de comercio chino en México. Ya lo estamos viendo con los aranceles que se incluyeron en el presupuesto”.
El episodio concluyó con recomendaciones prácticas. Velarde advirtió que las empresas deben acostumbrarse a la incertidumbre, monitorear el consumo interno y dar seguimiento a factores geopolíticos que impactan los costos de energía e insumos.